Cometas por el cielo [Completa]

48 Vuelve

¿Cuánto pesa el miedo a ser feliz?

El mismo día de la presentación de María José en el ERUM, Brenda volvió a México de su luna de miel, pero antes de llegar a Querétaro, aprovechó la ocasión para visitar a sus padres en Torreón. Los había visto el día de su boda, sin embargo, sintió que fue demasiado corto el tiempo que convivieron.

—Y llegó, ¡mi hermana favorita!— exclamó Alicia al abrir la puerta y verla.

—Porque soy la única, no tienes opción— entró.

—Hola Javier— lo saludó por obligación.

—¿Qué tal?— él respondió.

—¿Y mis papás?— Brenda preguntó.

—Fueron a la iglesia, pero no tardan en regresar. Bren, ¿me regalas dos minutos para platicar contigo?— observó a Javier que estaba por detrás— a solas.

—Por supuesto— ella contestó.

—Mi amor, estaré en tu habitación— comentó su esposo mientras intentaba subir por las escaleras.

—Javier, tu maleta— Alicia le habló y señaló el equipaje— aquí nadie está a tu servicio, mi rey— agregó con sarcasmo.

Él tuvo que descender los pocos peldaños que había escalado para volver y cargarlo mientras que las hermanas caminaron en dirección a la cocina.

—¿Por qué te casaste con Javier?— Alicia inició con el interrogatorio.

—¿En serio? ¿De eso quieres hablar?

—Corrijo la pregunta, ¿por qué te casaste con Javier teniendo a María José?

—¿Qué tiene que ver ella en mi matrimonio?

—Bren, no finjas. Sé lo que hay entre ustedes.

—¿Hablaste con ella? ¿Te dijo algo?

—Hablamos poco, pero se les nota el amor a kilómetros de distancia, sobre todo a ella.

—¿Mis papás se dieron cuenta?

—No, son demasiado ingenuos y no deberías preocuparte porque regresaron amándola. Mi mamá llegó contando a todo el mundo que lo mejor del viaje fue que conoció a tu mejor amiga y mi papá, que nunca sigue indicaciones médicas, se toma la presión una vez al día, tal como María José le sugirió y yo, paso un día más a su lado y termino siendo su esclava. Ahora entiendo porque te enamoraste; es sensacional.

Brenda sonrió. Su hermana logró resumir en una sola palabra la esencia de su amada.

—Ella consiguió en cuarenta y ocho horas— Alicia continuó— lo que Javier no ha logrado en todos estos años; simpatizarnos y eso habla de la gran calidad humana que posee.

—Es quizá una de las tantas razones por las cuales me enamoré.

—Tristemente no te alcanzó el cariño para quedarte con ella.

Brenda no respondió y con eso le dio la razón.

—Hermanita— tomó su mano para hacerle saber que contaba con su apoyo— yo solo quiero tu felicidad. Quiero que siempre seas la chica que vino a pasar las fiestas decembrinas. La que cantaba y sonreía como una tonta porque MJM le había obsequiado un libro.

Al día siguiente, el matrimonio San Martín regresó a Querétaro y después de dejar el equipaje en su nueva casa, Brenda se dirigió a su departamento. Anhelaba reencontrarse con la chica de ojos negros llenos de amor y amplia sonrisa, pero al notar su ausencia, le llamó.