33 Que puedo pedir

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Que lloré tu nombre cada madrugada

Y a pesar de la kilométrica distancia que las separaba, las chicas se mantenían en constante comunicación. Brenda le contaba todo sobre los preparativos de la boda y temas relacionados a la adopción mientras que María José lo hacía respecto a su nueva vida en la nueva ciudad.

MJM: ¡Cuida a mis niñas del orfanato, please!🙏

Brenda: Sigo yendo todos los días así que deja de preocuparte por eso.

MJM: Diles que en cuanto pueda, las visitaré.

Brenda: Ven a la boda. Ellas estarán😋

MJM: Aunque quisiera, no podré asistir😥.

Brenda: Entonces un fin de semana me escaparé y te visitaré🤗.

MJM: Cuando quieras. Solo avísame para pedirle permiso al jefe y me deje faltar los días que andes por acá.

Brenda: Damián es tu jefe, con tres besos lo convences.

MJM: No siempre es así, en ocasiones necesito hacer un poco de papeleo😜.

Brenda: Por cierto, hablando de besos, ¿sigues teniendo mi foto como fondo de pantalla?

MJM: Obvio no.

Brenda: ¿Por qué no? 😠 Pagué la cuota.

MJM: Aún conservo la foto y otras más de ti. Entonces ¿cuándo vienes?

Brenda: Será sorpresa, pero cuando puedas, mándame la ubicación del lugar donde vives🏠.

MJM: Ok. Mañana temprano porque ahora estoy en servicio.

Y al mes de que ella y Damián llegaran a Sinaloa, por los pasillos de la central se desató un incómodo rumor. Rumor donde se ponía en duda el profesionalismo de la nueva jefa de paramédicos. Se decía que María José había llegado hasta ese lugar por ser pareja sentimental del nuevo director, ósea de Damián y frente a eso, a él se le ocurrió una estupenda idea; estaba decidido a callar bocas y de tajo, así que en conjunto con los paramédicos de protección civil organizó un evento tipo rally para ambas instituciones. El cual consistía en varias etapas; fuerza física, destreza mental, procedimientos y conocimientos básicos que todo técnico en urgencias médicas debería de saber y para hacer un poco más emocionante la competencia, esta se realizaría en parejas. Un elemento de la Cruz Roja contra uno de protección civil. De esta manera, serían evaluados en cada etapa del circuito y se cronometraría el tiempo en ser completado porque en una profesión así, un segundo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Cada director de institución iba nominando a cada uno de sus elementos y el evento estaba por concluir, cuando llegó el turno de María José.

—Y para la última carrera será Garcés contra Miranda— dijo Damián en voz alta.

—Jefe, pero ¿no se supone que mi adversario debe ser un paramédico de protección civil?— el chico protestó.

—No, lo harás contra ella.

—Pero es una mujer. ¿Cuál será la competencia?

—¿Entonces qué discutes? No tendrás nada que perder.

—Déjeme competir al menos contra uno de mis compañeros hombres.

—¿Acaso le tienes miedo?— lo enfrentó.

—¿De competir contra su novia? En lo absoluto— se sintió ganador desde antes de iniciar.

—Cállate y demuéstralo.

Sergio Garcés, era sobrino del director anterior y se comportaba tal como Marina un día lo describió. Él, era el principal sospechoso de esparcir el rumor en contra de María José, ya que se encontraba molesto porque no lo habían nombrado jefe como tanto lo anhelaba. Tenía 27 años y cuerpo atlético, de esos que solo se logran con disciplina y muchas horas en el gimnasio, pero no le ponía el mismo empeño a comprometerse como paramédico, ya que sus conocimientos en las urgencias médicas eran limitados y su mayor defecto siempre había sido que no sentía amor por la profesión y desde la primera etapa del circuito, Sergio se vio opacado porque María José cronometró el mejor de los tiempos y muy emocionada corrió hasta los brazos de Damián. Él siempre encontraba la manera de hacerle saber que confiaba en ella y con esto, se lo demostró una vez más. Cuando recuperó el aliento, Sergio se acercó hasta donde Damián y María José se encontraban celebrando.

—Jefa— extendió su mano derecha para intentar estrechar la de ella— excelente carrera— el chico aceptó sus debilidades y reconoció las fortalezas del rival.

—Gracias Garcés— ella correspondió.

—Por cierto, que buenas piernas tiene.

Damián le lanzó la mirada más retadora que poseía.

—Lo digo por la resistencia física, jefe— se defendió— no mal interpreten mi comentario.

—Gracias otra vez y ahora, vuelve con tus compañeros— le ordenaron.

—Con esto quedó demostrado— Damián empezó a hablar en voz alta y se dirigió a todo su equipo de trabajo— el por qué ella ocupa el lugar que tiene. Es verdad que tenemos una relación sentimental de varios años— buscó su mirada para sonreírle— pero esa no es la razón principal por la que fue elegida para ocupar la plaza que ahora ejerce y espero que a partir de hoy confíen en María José tanto como yo lo hago.

Los presentes aplaudieron.

—Ella y yo— prosiguió con el discurso— nos sentimos muy orgullosos de pertenecer a esta institución, a esta gran familia y a esta gran ciudad. ¡Gracias por recibirnos!

Cuando volvieron a su departamento y quizá por el alto nivel de adrenalina que habían experimentado, hicieron el amor como hace mucho no lo hacían, muy similar de cómo fue su primera vez, cuando apenas tenían un mes de conocerse y María José había sido admitida en la plantilla de paramédicos de la Cruz Roja en Querétaro.

Cuando volvieron a su departamento y quizá por el alto nivel de adrenalina que habían experimentado, hicieron el amor como hace mucho no lo hacían, muy similar de cómo fue su primera vez, cuando apenas tenían un mes de conocerse y María José había...

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Cometas por el cielo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora