Tema un poco difícil... espero no incomodar
Quiero contarte que perdí, la mañana que te vi, despidiéndote de mí
El fin de semana, la familia San Martín celebró el cumpleaños de Paula en un agradable jardín infantil y para el lunes siguiente, María José volvió a Querétaro, tal como lo planeó con Brenda
—La vida es bella, si tu estas aquí junto a mí y es la distancia la que me hace sufrir.
—Cookie, estoy igual, pero en unos meses está situación terminará.
—Bren, yo te espero toda la vida, es mi corazón quien desespera.
—Sigamos siendo pacientes y muy pronto el tiempo nos recompensará.
La besó, luego su mejilla y con un abrazo se despidió. Nació la nostalgia buscando un corazón.
María José abordó el autobús, Brenda contempló su partida y mientras le mandaba besos con su amor, Javier las observaba.
Esa mañana, él había tenido una reunión con uno de sus socios; el ingeniero Fernández, quien prefería viajar en autobús para evitar la ansiedad que le provocaba el conducir y siempre optaba por abordarlo en la terminal instalada en el aeropuerto. Decía que eran más precisos y que respetaban los horarios de salida. María José por su parte, lo hacía para estar más lejos de la ciudad capital de Querétaro, lejos de alguien que pudiera verlas juntas.
Y con esos breves instantes de amor, Javier confirmó su sospecha. Su esposa le era infiel y con la mujer que por mucho tiempo identificó como la mejor amiga de Brenda y la que una vez la nariz le rompió. En ese momento, pasó por su mente la idea de enfrentarlas, pero no se atrevió. Él se mantuvo como espectador mientras creaba un plan para confrontar a su mujer más tarde. Salió de ahí antes de ser reconocido y decidió que Paula esa noche dormiría en casa de sus padres. Aguardó a que Brenda llegara de su trabajo.
—Hola familia— saludó al entrar.
—Hola— respondió Javier, sentado desde el sofá.
—¿Y Paula?
—Se quedó en la casa de mi mamá.
—¿Por qué?
—Llegó mi hermana con sus hijos y la niña se quiso quedar.
—¿Y no pudiste consultarme si estaba de acuerdo?
—¿Quieres un whisky?
—No gracias, me iré a descansar— intentó marcharse.
—Brenda, ¿puedes venir? Quisiera platicar contigo.
—No Javier. He tenido semanas caóticas y ya que la niña no está, al menos me gustaría dormir temprano.
—Dame dos minutos. Seré breve.
A regañadientes, fue hacía él y se sentó sobre otro sillón. Javier se levantó de su lugar y caminó hasta la barra para servirse un poco más de su licor favorito.
—Te mandé un mensaje, como a mediodía.
—Y te respondí.
—¿Qué hacías en ese momento?
—¿Comenzarás con tus tontos cuestionamientos?— Brenda se puso de pie— buenas noches, Javier.
—Vi a María José— él continuaba hablando desde la barra de bebidas.
—¿Cuándo? Porque ya me contaste que la viste la semana pasada e incluso la invitaste a venir— le interesaba aclarar.
—Acompañé al ingeniero Fernández al aeropuerto y ahí estaba, en el andén de autobuses.
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Cometas por el cielo [Completa]
RomanceDicen que enamorarse es un acto reflejo, algo que no se puede aprender ni controlar, como el respirar. Yo, no creo que sea así. Yo he tenido que aprender a querer a una mujer porque me enamoré de una. Aprendí a pasear agarrada a su cintura, a desliz...