40 Apareces tú

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Me he confesado con mi corazón

Llegó el gran día para Brenda y el peor para María José quien despertó desde muy temprano y solo a ver las horas pasar mientras le cantaba que la quería a su lado. También decidió hacer un poco de limpieza en el departamento porque alguien debía levantar la botella vacía de whisky y los vasos sucios que estaban sobre la mesa. Cuando terminó, volvió a la habitación. Todo estaba tan en calma, que se escuchaba la respiración y los latidos de su corazón. Comenzó a despertar a Brenda mientras acariciaba su nariz.

—Despierta cariño, hoy es tu día.

—Algún día quisiera casarme contigo.

— Algún día de algún año, ocurrirá— la besó.

—¿A qué hora despertaste?

—Desde las siete ya no pude dormir— mintió, no sabía con exactitud desde cuando la había abandonado Morfeo.

El timbre del departamento hizo su peculiar sonido indicando que alguien había llegado.

—Deben ser mis padres— Brenda revisó la hora en su reloj.

—Vístete, yo los atiendo.

Le dio otro beso antes de salir de la habitación, cruzó por la sala y abrió la puerta. Detrás estaban los integrantes de la familia Santillán; los padres de Brenda y su hermana mayor. Los reconoció por la gran cantidad de fotos que había visto con anterioridad.

—Buen día— saludó— pasen, por favor— invitó.

Las tres personas entraron y cada quien cargaba una maleta.

—¿Y Brenda?— interrogó su madre.

—En su habitación, en un momento viene. Mi nombre es María José Miranda— se presentó ante los recién llegados— soy amiga de Bren.

—Yo soy Carla y él es mi esposo Darío.

Correspondieron el gesto de amabilidad y los señores Santillán se sentaron sobre el sofá.

—Me repites tu nombre, por favor— le pidió la hermana.

—María José Miranda.

—Tú eres MJM— la chica murmuró al recordar el libro y el separador que Brenda llevaba en su equipaje cuando fue a visitarlos.

—¿Disculpa?— no alcanzó a escuchar del todo.

—Nada, pensé en voz alta— le sonrió— ¿puedo darte un abrazo?

—Si, por supuesto— le pareció muy extraña la petición, pero aun así correspondió.

—María José, no sabes el gusto que siento por conocerte, yo soy Alicia— la chica estaba emocionada— y a lo que tú llamas amiga, yo le digo hermanastra porque Brenda es adoptada, ¿si te contó? Por eso se siente identificada con la niña que adoptará.

—Alicia, deja de inventar cosas sobre tu hermana— su madre la regañó.

—María José, lo que acabo de contarte es mentira, la adoptada soy yo. Obviamente mis verdaderos padres tienen mejor sentido del humor.

—Ignora a mi hija, por favor— le pidió.

—No se preocupe señora Carla y me alegra que al fin tuve la oportunidad de conocerlos. Brenda me ha contado mucho sobre ustedes.

—¿Y mi hermanita ya te dijo la persona tan maravillosa y encantadora que soy yo?

—No usó esos adjetivos, pero sí. Me ha contado sobre ustedes.

Cometas por el cielo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora