78 Confía en el viento

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Ellas, las estrellas, te acompañarán

A la mañana siguiente, María José despertó de súbito al escuchar el timbrar de su móvil. Era una llamada de Samantha, llamada que no alcanzó a contestar y acto seguido, recibió un mensaje de texto del mismo remitente.

—Bren, tengo un problema.

—¿Qué pasa?— aún permanecía sobre la cama.

—Olvidé que vería a Sam y acaba de entrar al estacionamiento del edificio.

Las dos se vistieron con mucho apuro y en tiempo récord. Luego escucharon el timbre del departamento y María José se apresuró a abrir.

—Hola guapa— Samantha saludó y luego la besó— ¿nos vamos?

—¿Quieres entrar?— la invitó.

En el interior, la chica descubrió la presencia de alguien más y no tardó en reconocerla.

—Tú debes ser Brenda— se acercó a saludarla.

—Brenda Santillán, mucho gusto— correspondió.

—Yo soy Samantha y por fin se me presentó la oportunidad de conocerte en persona. Te reconocí porque María José me ha mostrado fotos tuyas, no pienses que te stalkeo. Además, soy fan de tu programa.

—Gracias por escucharlo y también me contaron sobre ti, pero no llegamos a la parte de mostrar fotos.

—Para ser honesta, no soy tan fotogénica como tú. ¿Te debería pedir un autógrafo? Es que siento que estoy frente a una celebridad— dijo emocionada— y sin duda, eres mucho más bonita en persona, ¿verdad, mi cielo?

—Si— María José respondió y la complicidad a sus miradas regresó.

—Oye, ¿y por qué tu voz se escucha diferente?— Samantha agregó.

—Es porque a través de la radio se percibe en un tono más grave— le respondió.

—Cuando nos conocidos, no la reconocí y eso que escuchaba a diario su programa.

—Sin duda, tu voz al natural es más agradable— le sonrió— oye Brenda, María José y yo teníamos planeado salir a desayunar, ¿nos acompañas?

—No gracias, debo volver a Querétaro.

—¿Tan temprano? Ven con nosotras. Es más, si nos acompañas, esta chica guapa— tomó la mano de María José— y yo, te llevamos hasta la puerta de tu casa.

—No es necesario, traigo coche y te agradezco la invitación, pero que se diviertan.

—Mi cielo— Samantha se dirigió a su novia— ¿me ayudas a convencerla?

—Bren, solo será un rato.

Brenda no tuvo otra opción más que aceptar la propuesta y durante el desayuno, no logró evitar sentirse incomoda con la situación, sobre todo con una Samantha desbordando cariño y María José intentando evitarlo para tener una convivencia amena con ambas chicas.

—En lo que traen la cuenta, iré al sanitario— María José se levantó de su lugar.

—Mi amor— Samantha la detuvo— ¿me prestas tu celular? Necesito buscar algo y me quedé sin datos.

—Sí, tómalo.

—¿Me das un beso?— volvió a detenerla.

La chica regresó los pocos pasos que avanzó, para realizar la acción que se le pidió y luego continuó su camino. Samantha sujetó el móvil que estaba sobre la mesa y hurgó en él mientras Brenda la miraba.

Cometas por el cielo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora