34 Cuando dices adiós

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Mi estrella es tu promesa de amor

Cierto día, de cierto fin de semana, Brenda viajó hasta Sinaloa para hacer una visita sorpresa.

—¡Hey! ¿Qué haces aquí?— se asombró al descubrirla sonriendo detrás de la puerta.

—Visitando a mi monster cookies favorito.

—¿Ah sí? ¿Cuántos tienes?

—Eres la única y eso te convierte en la predilecta.

María José no perdió más el tiempo y se acercó a abrazarla.

—Bren, no hay día que no te piense, ni noche que no te extrañe— le susurró al oído y aprovechó para respirar de su característico perfume.

—Yo también— se aferró más a su cuerpo— te necesito a cada momento. Regresa conmigo, por favor.

Sintió su corazón fracturarse al escuchar la petición.

—Cariño...— le acomodó su flequillo.

—No hay un día en el mundo que no te eche de menos.

Y aunque María José hubiera preferido seguir viviendo sus recuerdos a través de los ojos claros de Brenda, cayó en cuenta que debía invitarla a entrar.

—Llegaste a la hora del desayuno.

Entró. Cerró la puerta y las dos caminaron hasta la sala pasando por un lado de la cocina.

—Amor— se dirigió a Damián— mira quien se acordó de nosotros y decidió visitarnos.

—Hola Brenda, bienvenida— él saludó mientras terminaba de preparar los alimentos.

—Como ustedes nunca volvieron, me tomé el atrevimiento de venir.

—Toma asiento. ¿Cómo has estado?— le preguntó María José

—Extrañándote como una loca— sus manos aún temblaban al escucharla hablar.

—¿Cuántos días estarás aquí?

—Me regreso mañana, solo vine a traerles la invitación para la boda. Estamos a un mes.

Extrajo de su bolsa un sobre de color blanco para depositarlo en las manos de María José.

—¿Y cómo van los preparativos?— revisó lo que le entregaron.

—Bastante bien. Javier contrató un wedding planner* y nos va de maravilla. Ya tenemos casi todo.

—Tendrás la boda que siempre has soñado.

—Sería perfecta si pudieras estar ahí— tomó su mano y se atrevió acariciarla.

—No creo asistir, pero estoy feliz de volver a verte— sonrió— ¿y cómo va el trámite de adopción?— cambió de tema.

—Sin complicaciones y eso es gracias al papá de Javier. El juez es su amigo y al parecer tendremos a Paula regresando de la luna de miel.

—¿A dónde irán?

—A Paris.

—¡Qué romántico! Un lugar muy cliché, pero no por eso deja de ser un buen sitio para una pareja de recién casados— María José se recorrió un poco sobre el sofá y acortó la distancia que existía entre ambas— yo te hubiera llevado a España— confesó— a San Sebastián para ser más específica, como seguidoras de La Oreja de Van Gogh, es un lugar obligado a visitar; descubrir ese lugar mientras continuaba descubriéndote a ti.

—¿Desayunamos?— Damián apareció en escena e interrumpió su bonito momento.

Las chicas se pusieron de pie y tomaron asiento a la mesa para compartir la comida.

Cometas por el cielo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora