Dónde estás amor, dónde duermes hoy
Las semanas siguieron su marcha y fueron días muy diferentes para ambas chicas. María José se inscribió en la universidad, la misma donde su padre era docente, tal como lo propuso y al ser una institución privada, se olvidó de los tediosos exámenes de admisión. De esa manera por las mañanas asistía a clases, por las tardes e incluso algunas noches ejercía su labor como paramédico en el ERUM, mientras que Brenda se adaptaba a su nueva vida familiar.
—Toc toc— dijo Natalia.
—Hola Nats— Brenda se levantó de su lugar y caminó con dirección a la recién llegada, quien permanecía de pie en la entrada de su cubículo y le brindó un efusivo abrazo— te extrañé demasiado.
—Bren, solo me fui una semana— respondió un poco sorprendida ante el emotivo recibimiento.
—Ya sé, pero para mí fue como un mes, no te vuelvas a ir.
—¿Qué tienes?— le cuestionó al notar que estaba empezando a llorar.
—Nada— limpió las pocas lagrimas que lograron escapar empapando sus mejillas— solo estoy emocionada por volver a verte.
—Te conozco, tienes semanas con el ánimo apagado. Tú no eres así y no solo es hoy.
—La maternidad es más agotadora de lo que pensé— intentó sonreír.
—Hace tiempo no platicamos. ¿Quieres ir por un café?
—Si, por favor— Brenda volvió a su escritorio, bloqueó la computadora portátil y tomó su bolsa.
Junto a Natalia, salieron del inmueble y fueron a la cafetería más cercana.
—¿Qué te ocurre, Bren?— inició después de pedir sus bebidas.
—Tengo tanto que contar, que no sabría por dónde iniciar.
—Por lo más importante y si hay algo en lo pueda ayudarte, solo pídelo.
Brenda guardó silencio.
—Sabes que puedes confiar en mí— le sonrió con gentileza.
—Me enamoré de María José, pero le fallé al casarme con Javier. Arruiné lo nuestro y ahora no contesta mis llamadas, ni mis mensajes. La última vez que la vi, fue el día de la boda.
—¡Lo sabía!— Natalia exclamó emocionada.
—¿Qué?
—Digamos que tenía una sospecha y ahora lo confirmo.
—¿Fuimos tan obvias?
—Tu no, ella. Te miraba de una forma que hasta yo me enamoré de ti— comenzó a reírse— no es cierto, pero si se le notaba demasiado el amor que te tenía.
—Cada vez lo saben más personas— respondió preocupada.
—¿Quién más?
—Mi hermana, ahora tú y Damián, pero a él, María José le contó.
—¿Su novio?— esta persona si le causó sorpresa.
—Ex— Brenda corrigió— ellos terminaron.
—¿Por ti?
—Porque quisieron.
—Tú solo ocúpate de que Javier no se entere y listo.
—Gracias por escucharme— se le notaba de mejor ánimo.
—Y retomando el tema principal. ¿Sabes si se regresó a Sinaloa?
—No, ahora vive en la ciudad de México y lo sé porque ella le contó a mi mamá, Alicia me ayuda a conseguir información.
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Cometas por el cielo [Completa]
RomanceDicen que enamorarse es un acto reflejo, algo que no se puede aprender ni controlar, como el respirar. Yo, no creo que sea así. Yo he tenido que aprender a querer a una mujer porque me enamoré de una. Aprendí a pasear agarrada a su cintura, a desliz...