47 Puedes contar conmigo

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Un presentimiento de que todo irá bien

Y un día antes de integrarse a su nueva institución, María José le hizo una invitación a Samantha, quien se había convertido en su nueva amiga y quería agradecerle todo su apoyo.

—¿Cuál es tu historia, María José?

—¿Mi historia? No hay nada que contar.

—¿Por qué aceptaste trabajar para el ERUM?

—Debo reconocer que tu padre me hizo una buena propuesta.

—Conozco a los paramédicos como tú. Sé que seguirías ejerciendo tu profesión incluso sin recibir compensación económica. Debes tener una razón más importante.

—La posibilidad de estar cerca de mi mamá fue lo que me motivó al cambio.

—No eres buena mintiendo, ¿ya lo sabías?

—Me lo han dicho— sonrió apenada.

—¿Sabes que creo yo?

—¿Qué?

—Si adivino, ¿me invitas al cine?

—Si aciertas, te llevo al cine e incluyo un combo de palomitas con refresco.

—De acuerdo. Esta es mi teoría y lo que tus ojos me han contado sobre ti— hizo una pausa— te rompieron el corazón y renunciaste a alguien para no tener que renunciar a ti. ¿Gané?— celebró.

—Quizá, algo hay de eso.

—Si algún día quisieras hablar más al respecto o de cualquier otro tema— tomó su mano— puedes contar conmigo.

—Gracias.

Samantha llamó al mesero y pidió el total de la comida consumida. Mientras esperaban, su plática continuó.

—Te toca, ¿cuál es tu historia?

—Mi nombre es Samantha Millán, pero prefiero que la gente me diga Sam— sonrió— tengo 24 años. Titulada en la carrera de mercadotécnica y probablemente me vaya a España a estudiar una maestría, solo que todavía no me decido del todo.

—¿Qué te impide hacer el viaje?

—No quiero dejar a mi familia. Mi papá, mi hermanita y mi abuela materna son lo único que tengo, pero ella tiene alzhéimer y me olvida todos los días— hizo una pausa para que los recuerdos llegaran a su memoria— me cuidó después de que murió mi madre, por eso sigo indecisa.

—¿Ella dónde vive?

—En Cuernavaca* yo crecí allá y solo regresaba los fines de semana para estar con mi papá, pero cuando debía estudiar la universidad, elegí una de aquí y ahora voy cada sábado a visitarla.

—Debe ser una decisión complicada de tomar.

—También me quiero ir porque no le agrado a la esposa de mi papá y él, muchas veces entra en conflicto por nosotras y aunque intento mantenerme al margen de ellos, Renata me busca mucho y eso le disgusta a Rebeca.

—Es porque eres su hermana mayor y la niña lo sabe.

—Hasta una nena de siete años es más inteligente que Rebeca— soltó a reír— lo bueno es que aún tengo unos meses para decidirme.

El mesero regresó y María José pagó el total de lo consumido.

—¿Quieres ir a caminar?— Samantha propuso.

—Por supuesto. ¿Qué película te gustaría ver?

—Te cambio la ida al cine para otro día, de momento solo quiero seguir platicando contigo.

Cometas por el cielo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora