Capítulo 2

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Esa mañana, me levanté, me vestí mirándome al espejo; mi rubio cabello atado en una coleta, resaltando mi delgado y delicado cuello. Mi cuerpo es pequeño pero sin una curva y por un segundo imaginé que genial podría ser decir "hoy llevaré una pollera, o un short justo" pero suspiré cansada mirando la ventana mientras afuera amanecía y me sentía avergonzada de mi. No tenía un cuerpo bonito ni deseable y no solo lo ocultaba porque papá y Fred no me dejan usar algo corto o llamativo sino que; me da vergüenza verme. 

Al bajar a la cocina, estaba papá desayunando y me recibió con una sonrisa la cual, forzadamente le devolví.
Juntos, tomamos el camino al instituto donde íbamos escuchando la radio en su camioneta y comenzó una canción que me gustaba mucho, We can't stop, de Miley Cyrus así que comencé a cantarla muy contenta, moviendo mi cabeza hasta que papá, molesto, apagó el radio.

-Hey- dije- Estaba escuchando- me quejé en un grito histérico y miró el camino.

-Esta clase de música perturba tu mente- dijo y yo rodé mis ojos- Terminarás pecando y nadie quiere eso ¿Verdad?- negué apenada y avergonzada- Lastimas tu cabeza escuchando esta clase de cosas...- dijo y no dije nada más hasta llegar al instituto donde, me bajé tragándome el nudo en la garganta y observando cómo estaba por comenzar a llover.
Al entrar, iba caminando, mirando al suelo, ignorando a todos hasta llegar a mi casillero donde un par de chicas comenzaron a molestarme pero yo no les prestaba atención. Una de ellas me empujo fuertemente contra el casillero mientras el timbre sonaba así que, molesta, golpeé en metal y me senté en el suelo, cerrando mis ojos mientras el pasillo se vaciaba. Cerré mis ojos abrazando mis piernas queriendo que ese vacío, de una vez por todas desaparezca pero aparecieron unos pies con unos converse negros así que miré hacia arriba; Niall, lo que me intimidó.

-Oh...- dije molesta rebuscando en mi mochila- Ten tu maldita tarea- dije lanzando un cuaderno y lo tomó sorprendido- ¿Qué? ¿También me golpearás?- pregunté molesta y negó.

-Solo venía a ver si estabas bien- dijo tendiéndome su mano para que me levanté pero yo no la tomé, me levanté sola intentando de evitar la mirada y me fui corriendo al baño. 

Me miré al espejo y me limpié un par de lágrimas mis ojos grises y mi blanca piel que parecía que podría quebrarse cada vez que la arrugaba en puchero para no llorar. Intenté pensar en otra cosa que me ayudara a sentirme bien pero nada se venía a mi mente. Podría pasarme horas mirándome al espejo y llorando, diciéndome lo inútil que soy e intentando buscarle sentido a mi vida o belleza a mi rostro o cuerpo mientras lágrimas caían por mi mejilla.
Fue el sonido de un vidrio caer fuera del baño lo que me sobresaltó así que alarmada salí encontrándome con Niall y muchos vidrios de una ventana que estaba partida en pedacitos a sus pies.

-No es lo que parece- dijo arrogante, parado en medio de un circulo de vidrios, con sus dos manos a dos lados de su cuerpo. Ese día vestía una simple remera de color bordó con unos pantaloncillos de baloncesto, ya que seguido de clase es la práctica.

-¿Qué hiciste ahora?- pregunté caminando hacia él sobre los vidrios, enfadada.

-¿Estás loca? Te cortarás- dijo tomándome de los codos para empujarme de allí, ignorando lo que le decía y muy concentrado en que no pise los vidrios. Pero yo me defendí y no dejé que me empuje. Ambos hablábamos, uno arriba del otro criticándonos y echándonos la culpa:

-¿Qué está mal contigo?- pregunté.

-Eres una bruja, lo explotaste tu- dijo mientras yo preguntaba eso.

-¿De verdad? Ay por dios- dije mientras él comentaba:

-Estaba caminando y explotó- dijo mirando al suelo y señalando los vidrios.

-¡Hey!- exclamó la voz del cuidador de pasillos- Los dos, a mi oficina; ahora- miré a Niall y ambos suspiramos molestos con el otro, haciéndole caso al director.

-Fue ella- iba diciendo Niall en el camino.

-Mentira- exclamé.

-chión- dijo el cuidador mientras lo seguíamos y yo fulminaba a Niall con la mirada.
No los aburriré con la aburrida explicación del director de que debíamos ser responsables y estar en clase y bla bla bla. Era mucho más interesante ver los peces en su pecera girar a que escuchar la grave e insoportable voz del director Harris.

-Entonces ¿puedo irme?- pidió Niall echado en su asiento mientras yo estaba sentada erguida.

-No se irán así sin más- dijo molesto- Tres semanas de castigo, después de clases, dos horas en la biblioteca- dijo firme y Niall rodó sus ojos sin importancia.

-¿Qué? ¿Yo? ¿Castigada? Imposible- dije y el director me miró apenado.

-Vayan a sus clases y luego a la biblioteca- dijo y Niall se levantó pesado mientras yo me iba a otro salón ya que teníamos clase separados.

Al salir de clases, caminé a la biblioteca molesta, pues era la primera vez que entraba por un castigo. Al llegar, saludé a la bibliotecaria quien me recibió con amabilidad y me indicó en qué mesa sentarme.
Estaba leyendo un libro cuando Niall llegó y se sentó frente a mi. Yo lo miré incómoda, mientras escuchaba música de sus auriculares pero el simple hecho de que esté allí, quitaba mi mente de ese libro.

-¿puedes bajar el volumen?- pedí para no gritar pero no me escuchó así que le quité el auricular- Hey- dije y me miró con ojos bien abiertos- Que bajes el volumen... ¿Por favor?- pedí y negó.

-Bajaré si quiero- dijo mirando al y techo y yo volví a mi libro pero pude escuchar que bajó el volumen.
Luego de un rato, miré mi reloj; pasaron solamente 15 minutos y para mi ya había pasado una hora. Al parecer Niall ya estaba aburrido ya que quitó sus auriculares y me dirigió una mirada que me molestaba ya que, no hablaba.

-¿Qué?- pregunté y rió.

-¿De verdad eres una infantil?- preguntó- Pues, estoy seguro que eres como Fred- dijo firme- Debes de haber ido a todas las fiestas camuflada o...- negué y alzó sus cejas- ¿Nunca?- preguntó y negué- Dios mío, que aburrida...

-No soy aburrida- dije en mi defensa y rió.

-Que va- dijo en burla y lo miré molesta.

-¿Qué tu vida solo depende de fiestas?- pregunté cerrando mi libro interesada en su respuesta.

-No solo eso, a veces me quedo en casa- dijo- Viendo películas o tomando con amigos y jugando videojuegos...- dijo y miré al suelo apenada; me gusta un chico sin futuro- Mis padres dicen que soy un desastre- dijo orgulloso.

-¿Y eso te enorgullece?- pregunté y me sonrió.

-¿Te enorgullece que tu padre te mantenga virgen?- preguntó y tragué apenada.

-¿Qué sabes?- pregunté y rió.

-No importa- dijo ignorando el tema.

-¿Por qué no te metes en tus asuntos? ¿Qué no tienes tareas?- pregunté y asintió metiendo su mano en una mochila.

-Hazla- obligó y yo tomé el cuaderno para hacerla más tarde.

-Te odio- dije molesta- Por tu culpa, ahora tendré estas aburridas horas contigo y mi currículo está sucio- dije molesta y alzó sus cejas.

-Uy, que feo- dijo con sarcasmo- Debe haber algo que hagas como persona normal- dijo y mi boca cayó al suelo. Muy molesta, no volví a hablarle, pues ¿Quién se cree que es para hablarme de esa forma?
Pasó una hora y media mientras yo leía y comencé a hacer sus tareas de físicas cuando él habló- Hey...- dijo llamándome y lo miré, iba a decirme algo cuando en eso, el timbre de salida suena y se distrae.

-Pueden irse- dijo la bibliotecaria mientras yo miraba a Niall quien se levantaba.

-¿Qué ibas a decir?- pregunté y miró a la puerta; una chica que estaba parada esperándolo.

-Ah... Nada, no importa, luego te digo- dijo apurado y se fue colgando su mochila en la espalda mientras yo volvía a la ecuación que estaba haciendo pero levanté mi mirada un minuto para ver como Niall levantaba a la chica en un abrazo y ambos se besaban en medio de un beso lo que hizo que olvidara por completo la ecuación y comencé a sentirme una estupida.

Mil y una estrellas (N.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora