Mil y una estrellas (N.H)

Capítulo 20

Ese domingo, estaba entrando a la iglesia junto a papá esperando ver a Niall. Salude a gran parte de la gente antes que la misa comenzara y allí lo vi: con su hermano menor de la mano vestido casi que igual a él. Ambos llevaban un traje casual pero incluso tenían sus corbatas del mismo color y Maura, llevaba un simple pantalón blanco con un swater rosa. 

-Hola- dijo Niall caminando hacia nosotros algo nervioso. Pues, no solo era porque al día siguiente entraría en la milicia, sino, que esa era su primera oportunidad para mostrarle a papá que él era lo suficiente para mi. 
Pues, al ver a Niall, me sorprendía demasiado, hace unas semanas, se podía ver a un chico masticando chicle, pensando que su vida no tiene sentido y por eso lastimar a los demás, o ser superior es lo mejor, pero, ahora solo se veía un chico con algo por hacer, sin ganas de perder el tiempo y de empezar hoy para demostrarle al mundo que no es ninguna basura.

-Hola- dije mirandolo y miré a su hermanito pequeño que le dijo algo en el oído y Niall rió.

-Buenos días- dijo papá en su túnica de predicador- Estamos por comenzar ¿Por qué no toman asiento?- invitó y Niall me sonrió algo nervioso mirantras yo lo guiaba hacia adelante del todo donde presenciamos toda la misa entre suspiros de cansancio suyos y miradas regañadoras de parte mía pero igual, parecía disfrutarla.
UNa vez que salimos, esperó junto a mi mientras saludaba a todos y al terminar, fuimos directo a casa donde mamá había preparado una ensalada de papas. 

Almorzamos todos entre risas, conversando de nosotros. Papá cada vez se veía más suelto con Niall quien lo hacía todo por agradarle mientras que Fred, aún no quería aceptarlo.

-Cuentame Niall...-Dijo mamá luego de un silencio mientras Maura le limpiaba la boca a su hijo menor- ¿Qué planeas hacer como carrera?- preguntó y Maura lo miró esperanzada mientras Niall se encogía de hombros.

-Siempre, desde que soy muy pequeño me gustó el baloncesto - dijo- La idea de entrar a una cancha y hacer lo que mejor sé hacer y...- dijo pensándolo- Siempre me gustó...

-¿Pero si te gustan los deportes debes saber que tienes que tener una buena condición física; debes saber que están mal todas esas cosas que alguna vez hiciste?- dijo Fred.

-A ver- dijo un tanto molesto- Seré franco ¿Si?- dijo y mi corazón se me subió a la garganta mientras en mi cabeza repetía las palabras "no digas nada que lo arruine"- Nunca estuve en un coma etílico, nunca perdí el conocimiento a causa de una droga, nunca deje embarazada a una chica y luego me desaparecí, si, hice muchas cosas malas...- me miró- Lastimé a mucha gente pero... ¿Nadie nunca pensó que a mi me dolía más hacer todo eso?- preguntó y todos se quedaron callados inclusive yo, no tenía nada para decir- ¿Creen que es divertido que todos te tengan miedo? o ¿te vean como un caso perdido? ¿Parece divertido ser útil solo para los deportes cuando mis sueños son otros?- preguntó un tanto quebrado y luego volvió a comer mirando su plato.

-Lo siento- dijo Fred y todos lo miramos- Siempre quise proteger a _________, siempre le eché la culpa a Niall cuando...- miró a papá- Espero que me perdonen pero... hice exactamente las mismas cosas que él- dijo- Solo que... Yo lo oculté- Papá lo miró con desaprobación y luego me miró a mi.

-¿Algo más que quieran confesar?- preguntó.

-No soy virgen- dije y todos me miraron- Tenía que decirlo- dije tomando un vaso de agua y Niall rió mientras mamá me miraba con ojos de pánico.

-¿Qué?- preguntó Fred.

-Oh vamos, ya lo sabían- dije parando de tragar del agua y todos me miraron pero no dijeron nada. 
Luego de eso, fue papá quien comenzó a hablar del partido de futbol de la semana pasada y los hombres hablaban mientras mamá y Maura conversaban animadas y yo miraba mi comida, contemplando la forma en la que todos ignoraban la desaprobación y pasaban un buen rato.

Al llegar la tarde, acompañé a Niall hasta la puerta ya que su madre y su hermano lo esperaban en su auto y nos paramos en el deck de madera que separaba mi casa del suelo por unos cuatro escalones y no nos importó que escuchen lo que decíamos o que nos vean.