Mil y una estrellas (N.H)

Capítulo 35

Narra _______:

No volví a dirigirle la palabra a Niall desde aquella vez en la iglesia. Pues, ya pasaron unos meses y ya estaban por llegar las vacaciones.
Al fin de cuentas, mi único amigo era solo Drake quien me poyaba todo el tiempo aunque en ningún momento le conté ni a él, ni a nadie de lo que Niall había hecho. Pues, dentro de todo, por más que yo haya sufrido tanto, no fue su decisión, sino que estaba ebrio… Pero para mi era difícil mirarlo sin sentir ganas de golpearlo.

Aunque, muy mal la separación no le hizo. Escuche que había comenzado el instituto en otro que quedaba cerca de mi casa y jugaba en el equipo de baloncesto y a veces, iba a verlo jugar aunque me iba antes de que termine la partida.

Y si, ahora mi vida volvió a depender de los libros, música y ayudar a mis padres.
Ese domingo, estaba junto a mamá quien charlaba con unas vecinas mientras yo miraba a Niall en su traje, conversando con un muchacho muy simpatico.

-Si… cambio mucho- dijo una anciana- El Horan grande- dijo señalando a Niall- Tan buen mozo que es y…- dijo- Lo quiero para mi nieta- dijo emocionada.

-Escuche que comenzó a trabajar en la acilo- dijo mi mamá.

-Si, él va a hacer el trabajo duro- dijo una anciana en silla de ruedas- Ya sabes, contarnos historias, mover sillas y mesas, correr las televisiones…- dijo la muchacha- Cuando es el turno de Niall me siento una reina por cómo nos trata…

-¿Niall? ¿Horan? ¿El de alla?- pregunté y asintió la anciana.
Sin dudarlo, caminé molesta hacia él y esperé a que terminara de hablar.

-Pero miren quien llego- dijo con sarcasmo.

-¿Qué haces?- pregunté y me sonrió.

-Qué más voy a hacer- dijo mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.

-Wow, de verdad cambiaste- dije- Muy rápido.

-¿No me extrañas ni un poquito?- preguntó tiernamente y reí- ¡te hice reír!- dijo señalándome y negué- Mira ______, si la vida te da limones, has limonada- dijo y reí.

-¿Qué sucede contigo?- pregunté y me miró serio.

-Hice demasiadas cagadas en mi vida… Pero la cagada mayor fue lastimar a la mujer que amo- dijo rápidamente.

-Dices lastimar para no decir “le di bien duro contra mi cama”- dije haciendo comillas.

-De verdad que fui una mala influencia- dijo negando desaprobadoramente- Decidí que la vida es demasiado hermosa como para andar mirando el lado malo- dijo- Mira mi querida ________- dijo pasando su brazo por detrás de mi- ¿Qué hice millones de cagadas? Si… Pero mira, ¡tada! Tu apareciste…- dijo con una sonrisa- ¿Qué estuve en iraq? Si, pero, debiste de ver como estaba el cielo de estrellado en ese desierto, las estrellas eran hermosas y daban tranquilidad…- dijo relajado…- Te lastimé… Y aquí estoy- dijo – Haré lo que quieras…- dijo en suplica- Si quieres pegarme, pégame. Si quieres insultarlo, anda, hazlo…- dijo preparándose para lo peor pero yo solo me acerqué a él con los brazos cruzados y le golpeé en el pecho suavemente- ¿Eso es todo?- preguntó.

-No lo sé, estoy pensando- dije mirándolo fijamente a los ojos- ¿Qué tanto me amas?- pregunté.

-Tanto que termino diciendo cosas dulces y cursis- dijo tomando mi mano- Mira… ¿No sientes nada? ¿Ni un poquito?- preguntó calentando mi mano- ¿No recuerdas aquellas noches de fuegos artificiales? Cuando sentíamos que éramos los reyes y nadie podía detenernos…- lo miré- ¿Qué olvidaste todo eso?- preguntó acercándose a mi, dejándome casi que sin respiración.

-No- dije mirándolo fijamente a los ojos.

-Por dios- dijo sonriendo- Me vuelves tan loco- dijo con una sonrisa a punto de besar mis labios pero yo me aleje- Déjame tratarte como lo mereces- pidió y suspiré.