15- segunda temoorada.

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Narra _____:

Esa noche no salí de mi habitación, incluso, vino Fred en un momento de la noche. Es difícil saber que, estoy con mi familia y ellos no pueden aceptarme. Yo tampoco nunca quise esto, solo quería ser una adolescente y ahora, me veo obligada a dejar de serlo... Pero hay algo que ellos no entienden, esto no se trata de una pelea o una noche de farra, esto es algo que nunca podré dejar y la gente dejara de verme bien por esto, todo por la cabeza de nuez de Niall.

-_____- dijo Fred mirándome llorar y se sentó a mi lado- hermana... Solo...

-qué? También vendrás a decirme que soy una zorra?- pregunté y negó.

-no, también eh cometido errores...- dijo a mi lado- se lo que es que todos estén diciéndote que no haces nada bien- dijo y tomó mi mano- yo te apoyaré...

-haz entrar en razón a mama y papa- dije mirándolo con los ojos llenos de lagrimas. Él simplemente me miró con dolor.

-dije que te apoyare a ti no a ese idiota pero... Mierda que si te veo llorar haré lo que me pidas- dijo y solté una risita- a pesar de todo siempre serás mi hermanita- dijo y me abarzó. Un abrazo que a decir verdad necesitaba.

Una vez que se fue, apoyé mi cabeza en la almohada y me quedé dormida hasta que, al día siguiente, fue un llamado de Niall lo que me despertó que no alcance a contestar así que me dejo un mensaje, preguntando si podíamos vernos en la cancha de baloncesto y le conteste un simple "si"

Esperé a que papa vaya a la capilla y mama salga al trabajo para escaparme por la ventana. Simplemente caminé por las calles que cada vez tenían mas hojas de color marrón y naranja, dejando los árboles desnudos.
Al llegar al parque, estaba Niall sentado con un papel en la mano. Estaba mirando el lago, con una capucha puesta y a su lado la pelota de basketball. Me quedé mirando su espalda, e intente sacarle provecho a esto. Toque mi vientre con mi mano t jugué con mis dedos.

-vez allí?- dije en un susurro- esta tu papi- dije y se me escapó una risa silenciosa- tu padre...- dije y me quedé mirando a Niall.
Simplemente caminé a su lado y me senté. Al ver su rostro lleno de lagrimas noté que algo andaba mal, no solo era la situación en la que vivimos, sino que algo más había.

No me dijo nada, simplemente apoyó su cabeza en mi hombro y comenzó a llorar, sollozando y enterrando su rostro en mi cuello, buscando desaparecer. No le pregunté que sucedía, simplemente tomé con mi mano su nuca y con mi otro brazo lo abracé, acurrucando lo en mi pecho.

-qué sucede?- pregunté y se sentó tomando el papel que tenía arrugado en sus manos.

-"estimado Niall Horan, como ex recluta y actual comandante, usted está seleccionado entre los representantes del ejército inglés para participar de la defensa y libertades en Iraq, junto a su equipo... Las elecciones se harán el sábado 23" - dijo entre moqueos y tragando a cada rato- no quiero ir ahí ____, tengo miedo...- dijo en un hilo de panico y enseguida sentí que mi corazón se arrugo, simplemente la idea de perder a Niall otra vez me lastimaba, además, no solo era perderlo, sino, que era el no saber si volvería. Comenzó a llorar otra vez volviendo a mi cuello. Pues, no podía decirle nada, a mi también me asustaba pero llorar seria pero para él, ahora debía apoyarlo. Aún no puedo creerlo, se supone que él ya fue y no debe volver allí. ¿Por qué él?

-Pero tal vez no vayas- dije y suspiró- Dice que estás entre los seleccionados…- dije y paro de sollozar un poco.

-Si, pero, saber que mi nombre está en esa lista…- dijo negando en mi pecho y puso su mano en mi vientre- ¿Y qué si me seleccionan? Estoy obligado a ir- dijo y lanzó una patada al suelo- ¡Por qué mierda hice todas esas estupideces para que me metan en esto!- gritó molesto, saliendo de mi pecho y se levantó. Molesto pateó la pelota de baloncesto con toda la furia y la dejo bastante lejos. Soltó un grito de desesperación tomando sus cabellos mientras yo lo miraba soltando lágrimas; pues no podíamos hacer nada más que eso- Para peor tu padre no me quiere- dijo estresado.

-¿Te piensas que eso me importa?- pregunté levantándome y tomé su rostro.

-Tengo miedo _____- dijo mirándome con lágrimas en los ojos y asentí pasando mi mano por su frente, mientras me tomaba de la cintura.

-Yo también- dije asintiendo y asintió conmigo. Simplemente me abrazó arrugando mi remera en sus manos, como si no quisiese soltarme- ¿Debemos volver al campamento?- pregunté y me miró separando el abrazo.

-No me importa, no lo sé- dijo suspirando y pensé que, debía distraerlo con algo. Simplemente caminé sin decirle nada- ¿A dónde vas?- preguntó ya que le daba la espalda. No contesté. Solo caminé hasta la pelota de baloncesto y luego volví a él tendiéndole la pelota. Me miró a mi y luego a la pelota, tomandola- ¿Qué quieres con esto?- preguntó confundido.

-¿Me enseñas a lanzar?- pregunté y me lanzó una meida sonrisa, tomando la pelota y mi mano a la vez. Nos paramos frente al aro, y comenzó a explicarme.

-Solo, pon tu mano aquí- dijo tomando mi muñeca- De esta forma, como si fuese una pierda- dijo- y la mueves solo desde aquí- dijo señalando mi muñeca- No muevas el brazo, solo la mano, con el movimiento de la muñeca- decía- Intentalo- dijo e hice el intento, pero la pelota no llegó ni a la primer area haciendolo reír. Sabía que no me importaba un bledo saber jugar, que solo quería distraerlo, así que, me siguió el juego.

-Soy horrible- dije y rió yendo a buscar la pelota.

-Un poco- dijo con la pelota en sus manos- Mira- dijo y se paró frente al aro. Coloco la pelota en sus dos manos como me explicó, apretó sus labios mirando fijamente al aro, concentrado y con un mini salto, lanzó la pelota y la embocó- Te tiene que gustar para que puedas hacerlo- dijo y me miró mientras yo tomaba la pelota.

-Quitamela- dije picandola e intenté de imitarlo cuando lo hace con su hermano y se rió ante mi ridicules.

-¿Segura?- preguntó parado frente a mi mientras yo la picaba.

-No me la quitarás- dije y sonrió viniendo hacia mi y metió su mano entre la mía y la pelota y me la quitó, pero dejo la pelota caer al suelo y me abrazó por detrás.

-Eres genial- dijo con una sonrisa contra mi oído y yo me liberé de su abrazo tomando la pelota otra vez- Aunque también eres un poco orgullosa- dijo pesado y riendo ya que yo picaba la pelota, en gesto de desafío para que me la quite.

-Nunca seré de esas novias deportistas...- dije y rió- Pero si necesitas una oración para misa, puedo decirtelas todas- dije y soltó una carcajada caminando hacia mi, para quitarme la pelota.

-¿Sabes por qué me gusta tano el baloncesto?- preguntó antes de quitarme la pelota.

-¿Por qué?- pregunté dejando de picarla y me miró.

-Sonará patetico pero... El baloncesto es un juego en el que necesitas a tus compañeros, te mueves a cada rato, y cada segundo vale oro...- dijo mirandome- Si no te mueves... Pierdes- dijo mirandome serio y se produjo una pausa- Es igual en Iraq.

Mil y una estrellas (N.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora