20- segunda temporada.

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Narra _______:

Ese mismo sábado, fui a la academia donde armaron todo como la vez pasada; una plataforma de madera con banderas y sillas en el suelo, para que allí se sienten los reclutas. En la tarima, estaban parados los comandantes y entre ellos, la comandante quien tenía un sobre en su mano. Niall estaba sentado junto a Tim, con su uniforme de militar, de color verde bien arreglado y su gorra.

-Estamos aquí reunidos, debido a que el equipo numero 45- dijo la comandante firme- Solicitó ayuda de nuestros jóvenes reclutas para combatir en Iraq, zona en la cual en este momento están sometiendo medidas antiguas para torturar a sus ciudadanos- dijo nerviosa y yo miré frente a mi; estaba Maura con Ben tomándolo del hombro, nerviosa.
Niall aún tenía las marcas de los golpes que ya se notaban un poco menos que antes, en su labio tenía cascaritas y alrededor de sus ojos moretones; alguno que otro más verde- ahora- dijo la comandante- nombraremos a los reclutas escogidos por los dirigentes y coroneles- dijo abriendo el sobre con sus uñas pintadas de rojo- Joe Coen, Liam Sweinther, Bart Collins, Henry Usef, Walter Roo, Tim Hudson…- dijo y suspiró cerrando sus ojos de dolor- y como líder del grupo; Niall Horan- dijo y miré a Niall. Su boca se cayó al suelo con la mirada perdida, mientras que yo, sentía como si alguien me hubiese arrancado el pecho.
Los nombrados se levantaron lentamente, mientras se escuchaban los gritos de madres llorando, mientras que Maura cayó al suelo de rodillas.
Todos caminaron con paso pesado a la tarima, y Niall se paró al lado de la comandante, quien le tendió un papel, del cual Niall leyó al micrófono.

-Como líder de la tropa numero 46, prometo a todos mis oyentes- dijo en un tono apagado, diciendo todo recorrido, sin ganas-que lucharemos como hombres en nombre de la libertad de las ciudades y pueblos de nuestros aliados. Partiremos el próximo lunes, a las 05.00 AM, directo a la base.- dijo y tiró el papel al suelo, mirando un punto fijo.

Luego de que terminó la ceremonia, pude ver detrás del escenario, que Niall abrazaba a Tim, y luego, a la comandante.
Maura se quedó arrodillada en el suelo, junto a Ben y luego, se levantó dándole la espalda a Niall y yéndose de allí; sabía que era su culpa, pues ella lo inscribió allí por no escucharlo. Simplemente lo esperé sentada fuera de la academia, observando el campo de entreno, donde antes iba a verlo todos los días entrenar hasta que vino, y se paró a mi lado.

-Te lo dije- dijo molesto y lo miré fijamente, con lágrimas en los ojos.

-Prométeme que volverás otra vez- dije y miró mi cuello, con una sonrisa nostálgica; pues tenía el collar que Fred me devolvió.

-Necesito que me acompañes a un lugar- dijo tomando mi mano. Pues, ambos estábamos enfadados con el otro, pero, ahora, tras esta noticia ya no importaba nada.

Simplemente me subí en su auto y condujo al instituto, donde, me guió por los pasillos vacíos hacia la biblioteca, donde, forjo la cerradura y entramos a la vieja biblioteca, donde se sentó en su silla de siempre y yo me senté a su lado.

-¿Por qué me trajiste aquí?- pregunté y me miró, quitándose el gorro militar y suspiró.

-Estamos en detención, no olvides que no te soporto- dijo con una media sonrisa amarga.

-Por favor, no hagas esto más difícil- dije y suspiró cansado.

-Sabía que esto iba a suceder- dijo molesto y me miró- Será difícil… Pero… Haré lo que pueda…- dijo acariciando mis manos y luego las besó, dejando sus labios en mis nudillos- Prométeme que no me olvidarás- dijo y negué soltando lágrimas.

-No, nunca- dije y coloqué mi mano en mi vientre lo que de verdad le dolió ya que, miró a un costado cerrando sus ojos llenos de dolor.

-Ve aquí- dijo levantándose y eso hice, pero me tomó por la cintura sentándome arriba de la mesa, dejando que abracé su cintura.

-¿Qué haces?- pregunté mientras pasaba sus labios por mi cuello.

-Lo único que me queda por hacer…- dijo con los labios en mi hombro- Demostrarte que te amo…- dijo y me apegó más a él.

-¿En una biblioteca?- pregunté riendo en medio del llanto.

-Mezclaremos las cosas que nos gustan; a ti te gustan los libros y a mí me gusta el sexo- dijo y reí golpeando su hombro- Me motivas ______-dijo abrazándome- Necesito saber que me apoyas en esto…

-Te apoyamos- dije y sonrió contra mis labios.

-Por favor, hagámoslo en la biblioteca: que sea nuestra última rebeldía- dijo con una sonrisa picarona, con ese brillo de adrenalina en sus ojos.

-sabes… No me gusta tu uniforme- dije quitándole el zaco y luego desabrochando sus botones- Pero, será la última temporalmente- dije desabrochando el último botón para luego ir a su cinturón, dejando la ropa tirada en el piso.

-Mira esto- dijo subiendo mi remera dejando mi vientre casi nada hinchado al aire- Se ve hermoso, déjame verlo completo- dijo y me quitó la remera, para luego quitarme el pantalón y bajarse los suyos.
Y si, así fue; hicimos el amor en la biblioteca, lugar donde solíamos insultarnos diario y donde comenzó todo a causa de esa ventana que explotó según Niall “por mi brujería” él y sus excusas.
Pero, lo más importante, es que, no queríamos que eso acabe ya que, sería una despedida, un adiós… Y ninguno de los dos quiere un adiós. Pero, debía despejar mi mente, en ese momento el placer era lo que importaba, el sentir que el otro estaba nuestro lado dándolo todo para que el momento no acabe.

-Te amo _____-dijo contra mi oído y yo sonreí contra el suyo, ya que apoyaba mi frente en su hombro mientras él hacía lo suyo.

-También te amo- dije suspirando ya que yo ya había llegado y luego llegó él así que, se separó de mi abrazándome, apoyando su frente en el hueco de mi cuello, retomando el aire.

-¿Ya debemos irnos?- preguntó y asentí.

-Si, dentro de un rato comenzará la misa- dije mirando el reloj de la biblioteca.

-Quiero ir- dijo y se agachó para subir sus bóxers pero se golpeó contra la mesa lo que me dio gracia, aunque luego se los subió rápidamente para yo vestirme también. Cuando estaba poniéndome la remera, entró el conserje.

-¡Hey!- regañó- ¿Qué hacen aquí?- preguntó y yo tomé mi ropa del suelo rápido al igual que Niall, que llevaba su saco y su remera abrazándolas a su pecho mientras con su otra mano tomaba mi mano para salir corriendo por los pasillos.

-¡Corre!- me gritaba ya que el conserje salió al pasillo a vernos irnos.
Al salir del instituto, nos sentamos en las escaleras muertos de la risa; simplemente nos mirábamos y reíamos fuertemente.

Mil y una estrellas (N.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora