Ding dong!
El timbre de la gran casona sonó llamando la atención de Holy. Quizá ya se estaba poniendo muy vieja como para tener que hacer las cosas de su hogar ella sola. Sin embargo, su sonrisa confortaba a todo aquel que estuviera cerca suyo ¿Por qué será? ¿Acaso eso era el efecto del stand que no podía controlar ni hacer aparecer? Quizá su ternura era demasiada como para poder manifestar el alma de un guerrero. Ella sólo tenía el alma de una madre al fin y al cabo.
Holy abrió la puerta del portón. Se llevó una sorpresa, esperaba a su nieta, pero se encontró con el amigo pelirrojo de su hijo.
-Buenos días señora Kujo -Sonrió dulcemente Kakyoin.
-¡Noriaki! ¿Qué haces aquí? Ven, entra, entra -Le invitó a pasar la mujer. Noriaki pasó tímidamente a la gran vivienda de ella.
-Mi madre me sugirió venir, además de que supuestamente voy a encontrarme con Jotaro aquí -Dijo mientras la seguía.
-¡Ah, claro, mi Jotaro! -Sonrió ella- Ellos aún no llegan, pero puedes quedarte a almorzar.
-Muchas gracias, Seiko -Le devolvió la sonrisa el pelirrojo a la rubia.
Holy sintió cierta terneza al ver que el muchacho aún recordaba que sus amigas la llamaban Seiko y que prefería ese sobrenombre a su nombre. No sabía bien porqué, pero a veces sentía que el pelirrojo la entendía más que a nadie, incluso más de lo que hacían sus pares.
-Haré pronto el almuerzo. Si quieres, Noriaki-kun, puedes estar en la sala de estar -Le sugirió para poder escaparse un poco del joven.
-No se preocupe, yo puedo ayudarla a cocinar -Respondió con algo de galantería Kakyoin.
-¡Ah, pero si yo no tengo problemas en hacerlo sola! -Rió ella- Debes estar cansado de tantas responsabilidades, déjame algo a mi.
-No señora, insisto en que puedo ayudarla -"¿Se estará burlando de mi?" pensó Holy "No seas tonta, él nunca haría eso.
-Está bien, ya que insistes -La rubia terminó la tarea que estaba realizando antes de la llegada del pelirrojo para dirigirse a la cocina.
Kakyoin sonrió. Ese sentimiento de confort que aparecía cuando Holy estaba cerca de él le agradaba mucho. No sabía bien lo que sentía por la señora Kujo, de todas maneras. Polnareff siempre le hacia bromas pesadas con ella, acerca de que estaba enamorado de una señora que le doblaba la edad o que quería con la madre de su amigo. Nunca lo tomó en serio, pero eso era una posibilidad. Noriaki la siguió.
-¿Qué te gustaría comer? -Preguntó alegremente Holy- A mi Jotaro le encanta todo lo que hago, así que dejaré que decidas tú.
-Está bien -Kakyoin cerró los parpados por un momento. Tenía que pensarlo bien- ¿Qué tal syabu-syabu?
-¡Manos a la obra! -Exclamó Holy. Los ojos violetas la observaron con un brillo especial.
Holy comenzó a sacar las verduras, champiñones, carne, y todo lo necesario para preparar el plato. Noriaki se amarró el cabello dejando su tirabuzón fuera del alcance de la comida. Entre los dos comenzaron a preparar el platillo con absoluta calma y paciencia. Noriaki invocó a su stand para ayudarlo a agilisar el proceso.
-¿Usas a tu stand para cocinar? ¡Eso es muy astuto, Nori-kun! -Dijo Holy mientras dejaba el tofu a cocer en el agua.
-Sí, de hecho él me ayuda a hacer muchas más cosas. Por ejemplo, puedo pintar mucho más rápido gracias a él -Kaktoin dirigió su mirada a Holy.
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Aquí | Jojo's Bizarre Adventure|
Fanfiction¿Cómo sería todo si Noriaki Kakyoin hubiese sobrevivido al ataque de Dio? ¿En que aventuras se habría metido si él no hubiera fallecido? ¿Cuánto hubiese cambiado el universo de Jojo's Bizarre Adventure? Ésta historia va sobre todas estas incognitas...