🍒 Capítulo 36 🍒

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El stand era pequeño con una apariencia parecida a la de un Oni, tenía la piel verdosa con varias lineas en ella. Su pelo era larguísimo y rojo, tenía un gran mechón cubría la parte central de su cara ocultando su boca, este mechón era dividido por dos cuernitos sobresaliendo por en cima de sus ojos. Tenía el resto del pelo amarrado a una cola. Usaba un kimono azul con bordes amarillos, sus mangas eran tan largas que podían casi tocar el suelo. El kimono tenía una cinta en la cintura que lo dividía de la parte superior, haciendo que la inferior se convirtiera en un pantalón holgado que era cortado abruptamente por unas cintas que tenía en lo que debían ser sus pies, pero en lugar de eso terminaban como agujas. Los ojos color carmesí observaron a Hierophant Green.

Nariko sonreía mientras Noriaki estaba en una crísis donde se preguntaba si el rol de sus padres fue bueno tirando a mediocre o directamente malo

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Nariko sonreía mientras Noriaki estaba en una crísis donde se preguntaba si el rol de sus padres fue bueno tirando a mediocre o directamente malo. La única persona que podía entenderlo era su tía y su madre nunca dejó verla por su comportamiento rebelde y fuera de lo común.

-Esta es Momotaro, ¡Espero que se lleven bien! -Nariko observó a Hierophant.

Momotaro se acercó a Hierophant Green y lo inspeccionó desde allí abajo. Apenas alcanzaba la altura de las rodilleras del stand de Noriaki. De pronto, salto hasta llegar a la armadura del stand acuoso y empezó a analizarlo otra vez pero desde ese punto de vista. Kakyoin casi se cae al sentir el peso del pequeño stand sobre sus hombros. De pronto, Momotaro abrió su boca que apenas se veía por su pelo rojo, pero tenía unos grandes colmillos amarillos y de pronto...

Ñom!

Kakyoin se llevó las manos a su mejilla y Hierophant de pronto desapareció haciendo que Momotaro caiga y se retire. Intentó aguantar su quejido, pero a Noriaki le dolió mucho esa mordedura de parte del stand Oni de su tía.

-¡Ay, no, no, no! -Su tía se acercó- ¿Estás bien? Momotaro es algo malhumorada y suele morder las cosas que no conoce, perdón.

-No, está bien -Contestó Kakyoin tragándose el dolor-. Pero si que me llevó una buena sorpresa...

-Lo siento, Noriaki -Su tía le pasó su mano por la mejilla dolida-. Pero pareces tener mucho más control de él que yo.

-¿Qué? -Las orbitas violetas se posaron en los ojos azules de ella.

Nariko suspiró.

-Entremos antes de que Mei nos mate -Sonrió ella. Kakyoin volvió a palpar su pómulo.

Ambos entraron. Mei estaba preparando la cena y fulminó con la mirada a su hermana y esta le rodeó los ojos. Noriaki fue a la sala principal donde se sentó en uno de los sillones. Tenía que aclarar sus pensamientos, pero ahora tenía demasiadas dudas. Mágicamente, un misterio que nunca pensó desapareció; ¿De dónde había sacado su stand? Al parecer su tía era la causa de ello, pero aún así no lo comprendía. Intentó recordar si sus abuelos tenían un stand tambien, pero no pudo hacerlo. Bueno, tampoco ayudaba el hecho de que nunca llegó a conocer a su abuelo. Por parte de su padre era imposible, por más que insistiera, nunca vería a sus primos ni otros familiares. Otra duda más. Pero estaba convencido de que era a causa de Nariko que podía invocar a Hierophant Green. Su tía lo observó desde la entrada de la cocina, había algo en él que la hacía sentir melancólica. Se cruzó de brazos mientras Kakyoin perdía la vista en algún un lugar concreto.

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