🍒 Capítulo 42 🍒

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Tras comer, Marina felicitó a Holy por su buena comida. Esta rió nerviosa y le dio el crédito a Noriaki y el pelirrojo sintió un leve rubor subirle a las mejillas. La mayor sostenía a Jolyne en sus brazos mientras la movía de un lado a otro. Kakyoin miraba a la bebé y sentía cierta cercanía con ella. Era pequeña y fragil, además, tenía rasgos muy parecidos a los de Jotaro pero eran infantiles e inocentes. Sintió la necesidad de protegerla. Jotaro se fijó en como Kakyoin miraba a la bebé en silencio.

-¿La niña no tiene hambre? -Preguntó Holy.

-No, aunque es muy comilona. Le encanta comer -Rió Marina-. Aunque me está empezando a doler un poco.

-Ah, yo te puedo ayudar en eso -Sonrió Holy acercando su rostro al de Jolyne. La bebé agarró su nariz y rió.

Los chicos se sentían algo incómodos con la conversación, así que ambos se levantaron y se alejaron de aquella conversación de "madre a madre". Al salir de la cocina, Kakyoin cruzó miradas con Jotaro. El pelirrojo sonrió y poco a poco se acercaron y se dieron un tímido abrazo. Estuvieron por varios segundos así. Jotaro no dijo una palabra. Volvía a ser él mismo. Aquel efecto de "enamorado" se le estaba yendo ¿Cuánto tiempo aguantaría Marina esa actitud?  Kakyoin ya había pensado en esto.

-Jotaro -Dijo Kakyoin alejándose del Joestar. Él no contestó- ¿Tú... Tú le haz contado sobre todo a Marina?

-No -Espetó Jotaro.

-¿Por qué? -El pelinegro no contestó. Sentía culpa- ¿Jotaro?

-Es mejor para ellas -Dijo-, no quiero que sean infelices por mi culpa.

-¿Infelices? -Kakyoin estaba confundido- ¿Qué dices?

-Supe que te atacaron en el museo Louvre -Noriki abrió sus ojos algo soprendido. Ya sabía a lo que quería llegar Jotaro-. No quiero que ellas sufran por mi culpa.

Hubo un silencio.

-¿Pero si Jolyne tiene un stand...? -Jotaro lo interrumpió.

-Eso es imposible -Se apresuró a decir-. Ella no puede tener uno. No quiero que mi niña tenga uno...

-Pero Jotaro -Kakyoin se acercó-, tú tienes uno.

-¡Y qué más da! -Jotaro bajó la gorra que siempre llevaba- No quiero que tenga uno y punto.

-¿Y Marina no sabe...? -Kakyoin se vio en una especie de encrucijada.

-No -Contestó con la frialdad de siempre.

Hubo otro silencio.

-Kakyoin -Llamó la atención del pelirrojo-, tú... Quiero que te hagas cargo de Jolyne, legalmente. Aceptaré ir tras las flechas.

-Jotaro... -Susurró para sí Kakyoin.

-Te lo pido, por favor -Hubo un leve temblor en esas palabras-. Todo por ellas.

-Jojo, yo... -Kakyoin quedó vacio- Yo también iré a por ellas.

Los ojos de verdes acuosos de Jotaron mostraron su sorpresa que su cara no mostraba.

-No puedo dejarle la tarea entera a Polnareff -Dijo con tristeza Kakyoin-. Es mi turno de hacer algo por ustedes.

-Kakyoin... -Bajó la vista el Joestar.

Ninguno habló.

-Apenas salga de la universidad me uniré a SPW. Tenemos organizarnos bien, y gracias a SPW podemos hacerlo. Los tres, ¿Sí? -Se animó un poco Kakyoin.

En los ojos de Jotaro se notaba cierta melancolía. No quería dejar sola a Marina, mucho menos a Jolyne. Sin embargo, si era por protegerlas, movería cielo, mar y tierra para hacerlo. Tenía que mentir.

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