🍒 Capítulo 53 🍒

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Adalia llegó a correr a la recepción de la gran edificación de SPW. Se lo habían informado hace apenas unos minutos. Jadeó por el pasillo mientras se preguntaba si Jean de verdad estaría allí diambulando. Por supuesto que sí, era un temerario. Allí estaba.

-¡Jean! -Exclamó intentando recuperar el aire- ¡Aquí estás!

Él de dio la vuelta mientras sonreía. Su pelo platinado brillaba ante la luz matinal que entraba por el gran ventanal de la entrada. Adalia sabía a la perfección que se estaba marchando de la cede de SPW, pero quería al menos charlar con él un rato.

-Ah, hola Adi -Saludó con cierta dulzura Polnareff.

-Me acaban de decir que estabas acá ¿Por qué? -Adalia respiraba con agitación. Intentó calmarse y tomar bocanadas de aire amplias.

-Bueno, supongo que te tendré que contar aquí y ahora, así que porqué no nos paseamos un poco ¿Eh? -Sugirió Polnareff moviendo un poco la cabeza. Adalia miro el reloj en la pared.

-Está bien. Musso me dio unos cuarenta y cinco minutos para poder hablar contigo. Me dijo que me estabas buscando -El francés dio una pequeña inclinación de cabeza mientras comenzó a caminar. Ambos salieron de la recepción para adentrarse en el hermoso jardín que tenían afuera de las instalaciones.

-Sí, bueno, supongo que me gustaría hablar con mi compañera de trabajo -Ella lanzó una risita.

-¿Vas a postular para entrar? -Preguntó la rubia y el platinado asintió con la cabeza.

-Sí -Respondió con simpleza.

-¿Y por qué quieres entrar ahora? ¿No esperarás a Kak? -Adalia miró a su alrededor. Todo parecía muy tranquilo.

-No, no esperaré a una tortuga pelirroja -La alemana rió de buena gana con ese comentario y Polnareff sonrió con determinación-. Además estoy harto de los recortes de presupuesto. Quiero algo más estable.

-Entiendo. Aunque aún lo que no comprendo cómo antes te iba tan bien -Comentó Adalia.

-Es todo un tema. La verdad me desgasté demasiado. Aunque Kak me alivianaba las cosas cuando jugabamos a videojuegos los viernes en la noche -Polnareff sonrió-. Supongo que ahora hace lo que todo adulto joven hace. A excepción de mi. Yo fui un caso raro. Pero no me arrepiento.

-¿Sí? -Preguntó la alemana comenzando a caminar por el entorno verde de las instalaciones de SPW.

-Seh, pero bueno, las cosas pasan por algo, supongo -El platinado la siguió.

-¿Y por qué te unes a SPW? -Adalia le dirigió una mirada curiosa mientras observaba con detenimiento las facciones marcadas del albino.

-Tengo dos motivos principales, el primero es que aquí está la flecha de mi padre -Polnareff se detuvo un momento y los ojos avellana de su amiga le calaron hasta el alma-. Es lo único que me queda de él. No puedo dejar que hagan lo que quieran con ella.

-Hm. Ya veo -Respondió la rubia y ambos retomaron el paso.

-La segunda es que yo mismo quiero investigar acerca de los stands o poder especializarme en el hacking aunque me integré enteramente en el área de stands -Ella asintió-. Ah, una noticia que puede interesarte y que todavía no llega al departamento de relaciones públicas: quedaste en el puesto.

-Qué... -A Adalia le costó un poco procesar aquella información. Parpadeó varias veces y su cara estaba en blanco. Luego se dio cuenta de lo que había dicho su amigo- ¡¿En serio?!

Polnareff sonrió complacido. Los ojos de Adalia brillaron esperanzados con el sol mañanero. Había mucho que trabajar, sí, pero ¿Qué más da cuando descubriste qué aquello era lo indicado?

-¡¿De- De verdad?! ¿No estás bromeando? -Polnareff negó con la cabeza con orgullo mientras en los labios de la rubia se formaba una sonrisa.

-No, husmeé un poco con Chariot en los archivos mientras hacía la entrevista -Adalia sonrió y le dio un abrazo.

-¡Gracias, Pol! -Exclamó ella- ¿Eso significa que me voy al departamento de investigación? -Polnareff asintió mientras ella se alejó y daba un saltito.

-Eso sí, haz como si no te hubiese dicho nada. Mi nuevo trabajo comienza la próxima semana, así que podemos empezar a venir juntos, así lo hacemos más chill out, más de tranquis, tú sabes -Ella asintió con una sonrisa en los labios.

-Entonces -Adalia intentó calmarse- ¿Nos estamos viendo?

-Nos estamos viendo, Adi -Sonrió con cierta picardía Polnareff y ambos se dieron de la mano mientras cada uno se dirigía a sus correspondientes destinos.

Adalia volvió a su puesto de trabajo con una sonrisa en sus finos labios. Algo que ansiaba se cumplió. Aquella noticia fue extrañamente satisfactoria. Media hora después del encuentro con el platinado, Musso tocó la puerta del cubículo de ella. La rubia levantó la cabeza con cierta incertidumbre.

-Chst -Le llamó la atención su jefe-. Te vas para el departamento de investigación.

Ella le sonrió complacida. Sintió que cierto rubor se le subió a las mejillas. Estaba emocionada con ello ¡Tantas cosas que aprender sobre los stands la emocionaba! Más aún, poder desarrollar algo para comprobar por si misma su existencia más allá de la presencia que había cuando ellos se manifestaban ¿Qué cosas habrán en allí? Todo la emocionaba aunque le daba cierto temor.

Aquella tarde, la alemana tuvo una entrevista con aquellos superiores que aceptaron la oferta de ella en aquel puesto. A pesar de la cara radiante de alegría de la chica, ella se mantuvo reservada con una cara fría. Como si no le importaba. Pero en realidad sí. Toda esa maraña de cuentos y ficción que ella consideraba irreal, lo era. Mejor aún, ella colaboraría en todo ello. Su trabajo era "simple". Redactar o corregir cada informe hecho por el Equipo de Investigación de los Sistemas Groético-Personales. A juzgar por la cantidad de reportes que debía hacer Adalia acerca de este tema en específico, tenía mucho trabajo que hacer. Por ahora su meta a corto plazo era averiguar que era el Líquido Groético.

-Dero, esto es por ti -Susurró para si misma al salir de la sala de entrevistas. Suspiró recordando a su hermano menor.

Kakyoin llegó al apartamento de su amigo platinado cansadísimo. Sus parpados le pesaban mucho, y no sabía muy bien cuanto tiempo iba a estar en pie. Ir de un lado para otro en París no era prescisamente un descanso. Eso le pasaba por desinterado y hacer las cosas a última hora.

-¿Cómo te fue? -Preguntó Polnareff mientras se servía un vaso de gaseosa.

-Bien, conseguí la mitad de las cosas que necesitaba. Mañana seguiré buscando más materiales -Polnareff le dio un sorbo a la bebida mientras observaba a su amigo pelirrojo de cabeza a pies.

-¿Ahora la parranda no era una muy buena idea, verdad? -Kakyoin rodeó la vista.

-Déjame disfrutarlo -Dijo.

-Tienes veintitrés años, no dieciséis. Vete preocupándote más de la universidad -Kakyoin hizo un quejido.

-Soy alumno de excelencia, no debo estresarme tanto por esas cosas -Le espetó al platinado.

-Eso no significa descuidarte -Polnareff se mantuvo al margen. Hubo un silencio- ¿Noche de videojuegos?

-No gracias, estoy muy cansado -El pelirrojo se llevó las manos a la cara mientras dejaba una bolsa de tela con un montón de materiales para pintar y dibujar.

-Bueno, de todas formas tengo cosas que hacer. No me esperes despierto -Kakyoin asintió con la cabeza y se fue a su habitación compartida.

Polnareff se fue directo a su "oficina". Se sentó en la silla frente a su computador. Su vista se fue perdiendo entre las teclas y la pantalla. Pensó en Jotaro y su hija por alguna razón. Sintió cierta envidia de Kakyoin por haberlos ido a visitar. Suspiró. Comenzó a escribir algo en su ordenador. Miró la laptop al otro lado del escritorio. "SpeedWagon Foundation" tipeó. La información apareció delante de sus narices tras unos segundos esperando. Necesitaba informarse lo más posible. Entró a la web oficial de la fundación. Los característicos colores amarillo y azul llenaron la página junto al simplista logo de ellos. Intentó buscar en algún lado si había alguna pista de aquel equipo de investigación. Nada.

-Maldición.

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