Prólogo

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Abro los ojos parpadeando deslumbrada por la luz que se filtra a través de las cortinas delgadas. Estoy desnuda y me percato de que un hombre está durmiendo junto a mí, quito su brazo de mi cintura y hago un gran esfuerzo por levantarme, me incorporo poco a poco, todo me da vueltas, estoy muy mareada y confundida. No reconozco esta habitación de paredes color crema y con oscuras cortinas.

Mientras salgo de la cama poco a poco todos los recuerdos de la noche anterior acuden a mí, con velocidad. Hubo una fiesta en una discoteca para celebrar el cumpleaños de Ethan, él se distrajo y yo aproveché para separarme de su odiosa vigilancia, bebí como nunca, inhalé cocaína otra vez y salí de ahí con un extraño muy divertido.

Claro que todo lo que ayer me parecía divertido hoy, mientras recojo mi ropa con presura y me visto me siento la persona más horrible del mundo. Reviso mi teléfono mortificada, tengo miles de llamadas perdidas de Ethan y su abuelo, me maldigo internamente por haberles hecho esto pues ellos me acogieron cuando las cosas se pusieron difíciles. Está vez me he pasado, soy un ser despreciable, una desagradecida.

Me meto al baño para poder arreglarme un poco, me miro en el espejo el cual me devuelve la imagen de una chica de cabellos dorados desordenados y azules ojos que están rojos por el alcohol, mi piel normalmente bronceada luce pálida y grandes ojeras surcan mi rostro.

Mi imagen me da asco, yo me doy asco, la vida se ha empeñado en recordarme la basura que ahora soy. Lágrimas comienzan a brotar de mis ojos, lágrimas que limpio rápidamente porque no quiero llorar más, porque nadie entiende que a pesar de tenerlo todo no tengo nada.  

Respiro profundamente para calmarme y me lavo bien la cara limpiando todo rastro de maquillaje, limpiando cualquier rastro de mis lágrimas y coloco una sonrisa falsa en mi rostro para salir de aquel lugar con la mayor dignidad posible. Salgo de aquel lugar sin mirar atrás, salgo con la mirada altiva simplemente, salgo a enfrentarme con otro asqueroso día. 

Por favor, regresa y quédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora