Despertar, renacer y luchar

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Durante mi inconsciencia escuchaba voces, algunas que me instaban a seguir adelante, a seguir peleando y otras me asustaban y me recordaban todos mis errores de una manera cruel, perturbadora y dolorosa. Pero en medio de toda esa bruma, en medio de toda esa angustiante oscuridad la voz que se alzó sobre todas ellas, la voz que me trajo de nuevo, la voz que seguí fue la de Ethan.

Todo es confuso, cuando despierto lo primero que veo es a Ethan con la cabeza gacha, lo escucho decir que me ama y entonces le respondo, luce muy angustiado, luego me cubre de besos la cara y empieza a llamar a gritos a una enfermera, así que paso de estar con él a estar rodeada de un equipo de doctores y enfermera. Me hacen estudios, me dicen que estuve inconsciente por tres días ¿Tanto tiempo ha pasado?

—Me duele la garganta —le digo a la doctora Hill que es a la única que conozco y mi voz está tan ronca que no la reconozco.

—Eso es porque tuvimos que entubarte para que pudieras respirar bien —parpadeo asombrada.

No sé cuánto tiempo pasa, cuantas cosas me hacen, yo sólo me dejo hacer todo pues aún estoy muy aturdida, todo es borroso. Cuando acaban me dejan descansar y me despierto cuando escucho el ajetreo. Abro los ojos con lentitud para encontrarme con Rita, Pierce, Jane y Ethan junto a mí.

—¡Kenne, mi niña hermosa! —Rita me cubre de besos todo el rostro y me abraza con fuerza. Ethan tiene que quitarla para que no me haga daño—. Perdóname, es que Cristo —se le salen las lágrimas—, pensé que te perdía —Ethan hace una mueca dolorosa.

—Déjame pasar Rita —Pierce echa a un lado a Rita y eso me hace sonreír—. Tú... —Pierce me señala con el dedo y me da un beso sonoro en la mejilla, luego me abraza con delicadeza y la voz se le quiebra—. Me diste un susto de muerte —toma mi cara entre sus manos y me contempla con una sonrisa—. Eres una luchadora.

—Ya, es mi turno, no la acapares abogado —dice Jane y hace a un lado a Pierce.

—¡Epa! Con cuidado niña, me arrugas el traje —evito reírme, pero no puedo y eso me causa dolor.

Jane me abraza también, es un abrazo cargado de tristeza, de enojo y de alivio. Ella no me dice nada, no tiene que decirme nada, porque yo sé que ha estado ahí todo este tiempo, no me dice nada porque ya me ha dicho todo con sus ojos, con su abrazo, ya me ha dicho cuanto temió por mí y cuánto se alegra de que esté aquí.

—Hay muchas personas que están haciendo fila para verte —miro a Ethan con curiosidad, procuro no hablar porque me duele mucho la garganta cuando lo hago y, además siento que mi voz no es la mía—. Así que, debemos de dejarlos pasar.

Ethan saca a todos de la habitación. Prácticamente toda mi clase de música está aquí, incluso mis profesores. Uno a uno se alegra de verme bien y de pronto mi habitación está repleta de flores, globos y peluches. Nadie me juzga todos se alegran de que esté con ellos, de qué este bien. Nunca en mi vida me había sentido tan amada y sonrío a través de las lágrimas cuando Jimmy se despide de mí.

—Mejórate pronto rubia preciosa. Las clases sin ti son de lo más aburridas —asiento con una sonrisa y sale Jimmy. Por un momento pienso que ya son todos, pero luego ante mi puerta está la persona menos esperada para mí. Sophie, la compañera y admiradora número uno de Ethan está en la puerta con un gran ramo de flores y un oso de peluche.

—Hola Kenne —me sonríe amistosamente, me encanta como se mueve a través de la sala, incluso vestida de manera sencilla, su caminar seguro y su sonrisa no te dejan ignorarla. Ella es de las mujeres más hermosas que he conocido en toda mi vida—. ¿Sorprendida? —Asiento y le sonrío, luego con mi mano señalo la silla y ella deja las flores y el peluche para sentarse.

Por favor, regresa y quédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora