Kennedy ha estado muy mal en los últimos días, es como si hubiéramos vuelto al inicio. Por las noches siempre voy a verla y siempre la encuentro despierta, con lágrimas en los ojos y mirando el techo. Hemos tenido que retirarle todos los espejos y cosas con las que pueda herirse, también quitamos las pantallas, ahora estamos prácticamente incomunicados.
Sus crisis han aumentado considerablemente, incluso por primera vez desde que empezamos esto me ha pedido un poco de droga, claro que no se la di, y aunque se molestó me perdonó al entender que no podíamos retroceder así. Y el ambiente festivo le da un aire desdichado a todo esto, ni siquiera celebramos acción de gracias, la verdad es que no tenemos nada que agradecer o celebrar.
En el conservatorio se la pasan preguntando por ella y ya han puesto a otra chica en su lugar para el concierto, aunque claro, nos han dicho que es su suplente y que en cuanto ella este mejor podrá tocar. Yo tampoco quería volver, no sin ella, nada de esto está funcionando sin ella. Ella fue la que me animó a seguir con esto, la que me impulsó, ella estuvo en cada momento difícil y ahora es como si mi rubia se me hubiera muerto en vida.
Hablé con mi abuelo sobre todo esto, pero él insistió en que viniese y cuando lo hablé con Kennedy también me alentó a venir, pues quién le contaría todo lo que estaba ocurriendo allá fuera. Y aquí estoy sentado en el bello piano de cola tocando horrible. Gina se ha mostrado paciente por lo ocurrido, pero siento que me echarán en cualquier momento y adiós Juilliard.
—¿Ethan? —Veo a toda mi clase, he dejado de tocar otra vez.
—Lo siento —Gina me mira sin expresión alguna.
—Tomemos un descanso. Ethan quiero hablar contigo. —Mierda. Sigo a la profesora y salimos al balcón a tomar aire—. ¿Qué sucede?
—El juicio...
—¿Eres abogado o pianista? —Que pregunta tan directa.
—Pianista, ya dejé la abogacía —le afirmo y es verdad, ya la dejé o eso creo porque en verdad me muero de ganas de defender a Kennedy.
—No parece, entiendo que sea un momento difícil para tu familia, pero no puedo recomendarte así, estás tocando muy mal —suspira cansada—. Ve a casa, entiendo que mañana empieza el juicio —asiento—, ve con Kennedy reitérale tu apoyo y cuando esto acabe, vuelve y toca tan maravillosamente como siempre.
—Gracias Gina —saca un cigarro largo y hace un ademán con su mano restándole importancia.
—Vete ya —salgo de ahí y tomo mis cosas.
No sabemos que esperar mañana, esto se alargará demasiado por culpa de los medios y la reputación de Kennedy es nuestro principal inconveniente. Me masajeo las sienes y suspiro cansado.
—Ethan —Sophie me cae mejor desde que visitó a Kenne en el hospital, así que le sonrío amablemente—, ¿te echaron?
—No, aún no —me rio con amargura—, me mandaron a descansar hasta que acabe todo esto.
—Estaremos mañana con Kenne —me sonríe—, apoyándola. Ha sido muy valiente, esos bastardos de la T.V. no saben cómo es ella, así que decidimos ir para mostrarle nuestro apoyo ya conseguimos los permisos y todo eso. Entiendo que declara mañana.
—Sí, ella declara mañana. Es extraño, pero el fiscal dijo que era lo mejor dado todo...
—No entiendo de abogados y esas cosas, pero sí entiendo de malditos abusadores —frunce su delicada frente—, y estaré con ella —me guiña un ojo y niego con la cabeza. Ella no coquetea al estilo Sarah, ella es así por naturaleza. Una llamada entra a mi celular, es Jane—. Contesta, yo ya me iba Ethie.
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Por favor, regresa y quédate
RomanceDurante 10 años han vivido juntos, han sido los mejores amigos, cómplices en todo o eso es lo que ambos creían... Cuando Ethan regresa de la universidad siendo un abogado consumado y sobre todo frustrado, descubre que aquella muchacha que era su mej...