El monstruo

43 10 15
                                    

Salgo del juzgado totalmente destrozada. Mis amigos están esperándome, mi clase de música me ha grabado un disco con mis canciones favoritas interpretadas por ellos. Platican conmigo y me repiten lo grandiosa que estuve, pero no puedo creerles, pues en estos momentos me siento patética. Vemos a mi abuelo acercarse está discutiendo con Milton, los esperamos y todos mis amigos se hacen a un lado para dejarlo pasar.

—Martin nos ofreció un trato, quiere que Arthur se declare culpable solamente por el cargo de agresión. —Milton se ve frustrado.

—Eso son como cinco años y puede ser libertad condicional —Ethan está furioso y mis amigos empiezan a reclamar exaltados.

—¡Silencio! —Grita mi abuelo y todos se callan—. No vamos a aceptarlo, es una burla todo esto...

—¿Entonces qué haremos? —Le dice Milton—. Martin acaba de desacreditar a Kennedy, nadie va a confiar en su testimonio ahora. Ethan aceptó que golpeó a Arthur y están esas malditas fotos de ella...

Ethan empieza a discutir con Milton y mi abuelo, Pierce y Jane discuten entre ellos, mi clase de música también se une a la discusión. Todos hablan de qué deberé de decir, cómo tendré que actuar, cómo voy a vivir ahora y cómo van a protegerme. Estoy cansada, estoy harta de todo esto.

—¡Basta! —El silencio se hace y todos me miran—. Ya no quiero seguir más con esto, ya no puedo. Quiero irme a casa y olvidar todo esto. Acepta el trato, ya no puedo más...

Todos me miran sin saber que decirme, al parecer están tan perdidos y cansados como yo. El silencio finalmente es roto por una voz preciosa y delicada.

—No puedes hacer eso —Sophie se alza sobre todos y se acerca a mí—. Llegaste hasta acá, muchas mujeres no denunciamos nunca y nos aguantamos, vivimos con ese dolor y aprendemos a vivir Kennedy, en vez de solo vivir —miro sus ojos llenos de dolor—. ¡Tú tienes que vivir cariño! Tienes las herramientas para ganar, hoy sólo fue un mal día, sólo fue una batalla perdida. No los dejes cariño, no pagues tú por sus crímenes.

—Estoy cansada Sophie —lágrimas pugnan por salir otra vez.

—Lo sé, pero créeme Kenne, si no enfrentas esto ahora, quizá estés bien por un tiempo y un día todo esto volverá con más fuerza y entonces todo esto te vencerá y acabará con tu espíritu. —Me abraza con fuerza—. No te rindas aún linda, no lo dejes ganar. Estamos contigo no estás sola —se separa de mí y en su mirada hay una fortaleza tremenda que me insta a seguir.

—Tiene razón Kennedy —Jane se acerca hasta mí y toma mi mano—. Arthur no puede ganar, no puede seguir lastimando a más chicas —ella señala en una dirección, ahí están Kathy junto con las otras dos chicas que parecen tan derrotadas como yo.

Hace tiempo que empecé a sospechar que yo no había sido la única a la que ese maldito había lastimado.

—Necesito ir —le digo a Jane y ella asiente.

—¿Ir a dónde? —Pierce nos mira confundido y Jane lo detiene, Ethan también se queda con ellos.

Corro para alcanzar a Kathy y sus amigas. Sé que no he sido la única a la que Arthur lastimó, él lastima para sentirse poderoso, para sentirse invencible y no voy a dejar que dañe nunca más a alguien, aunque tenga que seguir padeciendo todo esto, Sophie tiene razón sino hago algo ahora siempre cargaré con esto por el resto de mi vida.

—¡Kathy! —La llamo a gritos y ella me mira con terror—. Por favor, espera. No te vayas —las alcanzo y las tres voltean para todos lados.

—¿Qué quieres Kennedy? —Me pregunta con fastidio.

Por favor, regresa y quédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora