Capítulo 14.

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Bárbara López.

Resaca, ese el termino del día de hoy; me duele la cabeza, apenas puedo ponerme de pie, observo mi alrededor, veo envases de cerveza tirados por todos lados, genial Bárbara, ahora bebes como idiota. Me puse de pie, camine hasta la ducha y me metí por largos minutos, se que la cruda no se ira, pero al menos recuperare un poco de fuerzas.

Me enrollé en la toalla, la puerta comenzó a sonar, corrí para abrir, parece que no hay nadie en casa o no se han despertado. Así tengo tiempo de limpiar este desastre.

Abro la puerta y me topo de frente...

- Hola, buenos días.

- ¿Qué haces aquí? -pregunto asombrada.

- Bueno, ¿puedo pasar?

- Claro.

Corrí para meter en una bolsa todo mi desastre y luego lo tiré en el cesto, cuando volví ella estaba sonriendo, demasiado, creo que se esta burlando un poco de mi evidente torpeza.

- Vamos a mi habitación, no quisiera que alguien salga.

- ¿Tú familia esta aquí? -pregunto.

- Si ven.

La tome de la mano y la llevé hasta mi habitación, menos mal, soy ordenada, acomode la cama y cerré la puerta con llave.

- Lo sé, es un tanto ridículo que a mi edad, siga viviendo con mis padres.

- No, de hecho, si mi familia viviera aquí, yo estaría con ellos toda la vida -se sentó a la orilla de la cama-. ¿Qué tal la cruda? -se echó a reír.

- ¿Qué? -pregunte asustada.

- Barbie, me marcaste ayer, por eso estoy aquí, no respondías, así que le marqué a Annie de producción, le pedí tu dirección, y fue muy sencillo encontrarte.

- ¿Por qué lo hiciste? Estabas de vacaciones, ¿no?

- Si estaba con... Ghassan, fuimos a Guatemala, pero bueno, estoy aquí porque tenía que ver que estuvieras bien, traje esto, creo que te sentirás mejor.

Tomó un bolso que traía en la mano, saco un par de topper y un bote y me lo extendió.

- No preguntes que es, solo bébelo, confía en mí, Santiago me enseñó a prepararlo.

- ¿Por qué haces esto? -le pregunte, tomando el bote que me había extendido.

- Bueno, creo que Valentina no seria nada sin Juliana -me sonrío.

- ¿Así que todo es por la novela? -abrí el bote y comencé a beber lo que tenia dentro, su sabor era muy acido y dulce a la vez, no sé cómo explicarlo.

- Bueno, eso y la plática pendiente...

¿Platica?, ¿de qué esta hablando?, de pronto, me pongo nerviosa, ansiosa y sudorosa.

- ¿Qué platica? -pregunto confunda.

- Anoche me llamaste Bar, estabas diciendo algo, cuando unos tipos tocaron a la puerta de mi habitación, me acerque a la mirilla.

- Un momento, ¿estabas sola?

¡Dios! ¡Bárbara!, esto es meter la pata, nivel Dios.

- ¿Qué? -sonrió.

- Lo siento, me refería a que debes tener mucho cuidado.

- No creo que te refirieras a eso, en fin, estabas diciendo algo extraño, dijiste, necesitamos hablar, ¿por qué?, ¿pasa algo? -se inclinó un poco.

Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora