Capítulo 38.

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Macarena Achaga.

Corrí para saludarlos, después de no verlos por tantos meses, estar en casa, con mi familia completa y ella, es como un remolino de emociones. Mis padres suelen ser mis grandes cimientos, creo que siempre hemos tenido buena relación, sin embargo, no sé ni siquiera que esperar o como se supone deba comenzar.

- Amor, ¿qué hacés aquí? -preguntó papá.

- Los echaba de menos.

- Vení aquí amor -dijo mamá.

- ¿Y vos quién sos? -dijo papá, dirigiéndose a Bárbara.

- Papá, ella es Bárbara... -el labio me tiemble y entonces-, mi mejor amiga de México -lo arruinó.

- Vaya, mucho gusto.

Giró para verla, saluda a mis padres, si no la conociera como la conozco diría que no paso nada, que todo está bien, sin embargo la comisura de sus labios tiemble levemente, sus mejillas se han teñido de color rosa y no deja de tocarse el cabello, está nerviosa o furiosa.

- Vengan, preparamos unas carnes... -dijo mi tío al fondo.

- He che, tranquila, ¿ok? -dijo mi hermano rodeándome con sus brazos.

- Lo arruiné Santi.

- Todavía puedes remediarlo -me guiñó el ojo.

Nos sentamos y comenzamos a comer, brindar y reír, no he cruzado palabras con Bárbara, de hecho preferí sentarme enfrente y no al lado de ella, porque no sé como comportarme, porque si estoy cerca de ella, no podré contenerme.

- Mi amor, tenés que cantar -dijo papá.

- ¿Qué? -dije saliendo de mis pensamientos rondando.

- Vení aquí.

Se puso de pie y camino hasta el piano, la guitarra y el par de micrófonos que teníamos en casa, él sabe cuando amamos cantar, Santi se sentó frente a mí, junto a Christian (alguien de la familia) y papá insiste en que canté, no cualquier canción, si no esa canción. Bárbara sonríe frente a mí. Me siento en el pequeño banco, me acomodo, siento el pecho extraño, comienzo a cantar, muero de nervios...

Me siento grande por ti
Y aunque lo intentara no podría sin ti
Toda mi felicidad es gracias a ti
Y si yo me muero volvería por ti

La veo a los ojos, no estoy cantando, sé la estoy cantando, siento como los ojos se me llenan de lágrimas, siento como algo dentro de mí quiere estallar y salir de ahí, siento como ese pequeño sentimiento pide a gritos salir. La observo, sus ojos están igual de jodidos que los míos ahora mismo, reacciono y observo a todos, mamá me ve extraña; termino y todos aplauden. Bárbara sonríe y luego se gira para platicar con Santiago. Mamá se pone y de pie y se marcha, algo dentro de mí, me hace seguirla.

- Mamá...

- ¿Qué pasa? -dijo acomodando unas cosas.

- ¿Estás bien?

- Soy tu madre Macarena, ¿querés decirme algo?

- ¿Qué?

- Podés decirme lo que querás.

- Lo sé mamá, pero todo está bien.

- Podría jurar que no... -dijo acomodando su cabello.

Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora