Capítulo 15.

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Macarena Achaga.

Bárbara sin duda podría enamorarte, fue lo que dijo, no puedo dejar de pensar en ello y repetirlo una y otra vez en mi mente, como casete.

Me tiré en la cama, tomé el celular y comencé a ver todo su Instagram, foto tras foto, ¿estará muy enamorada de Gonzalo?, bueno da igual. Falta muy poco para terminar de grabar la novela, lo cual me pone realmente jodida, en una escala del 1 al 10, estoy en cero.

Desperté muy temprano, con buena actitud y muy feliz, Santi sigue dormido, tomé el celular para toparme con un mensaje de Alejandra Padrón, Dios casi olvido su cumpleaños.

Maca, te has perdido bebé, te espero hoy sin pretextos, organicé algo improvisado; te quiero ahí 8pm besos – Alejandra.

Seguro bebé... - Macarena.

Perfecto, ahora tengo que cumplir, me dispuse a hacer un poco de ejercicio, salí a correr un rato, haría que fuera necesario para sacarla de mi mente. Mi celular comenzó a sonar.

- ¿Alo?

- Hola, ¿cómo estás?

- Bien amor, acabo de llegar a México.

- Que bien, no tenía idea -le respondí, sin dejar de trotar.

- No te escucho muy feliz.

- No claro que si Ghassan.

- ¿Cuándo dejarás de llamarme por mi apellido? -lo escuché sonreír.

- Lo siento, amor...

Cuatro letras, crearon un dolor instantáneo en mi estómago y es que en serio, soy fanática de decir lo que siento en el momento que lo siento, y no de esta manera, lo que me lleva a la conclusión de que me he fallado y he sido hipócrita conmigo misma.

- Se eschcha lindo viniendo de ti, ¿vamos a cenar hoy?

- Lo siento, tengo un evento hoy.

- Ha increíble, ¿puedo ir contigo?

Bueno es que alguien debería darles algunas clases a los hombres en general y en particular a él; si no lo mencione antes es por qué.

1. No quiero que vayas conmigo.

2. De no haber llamado, ni siquiera te hubieras enterado.

En fin.

- Lo siento, es algo de niñas.

- Entiendo, ¿una despedida? -por Dios, comienzo a cansarme.

- No, solo algo de niñas, te dejo va, tengo que seguir mi rutina y el tiempo se me agota, lindo día -dije y le colgué.

No sé porque esa llamada me dejo de muy mal humor, pero me dispongo a remediarlo.

Bárbara López.

Termine de arreglarme, cuando la puerta sonó, mi hermana grito mi nombre y después de acomodarme el vestido, bajé. Era Gonzalo.

- Hola amor -me extendió un ramo de flores.

- ¿Y esto? -dije cruzándome de brazos.

- Gonzalito, que gusto verte -dijo mamá y él se acercó a darle un abrazo.

- Señora guapa, que gusto verla -dijo Gonzalo.

- ¿Te quedas a cenar? -le preguntó.

- Bueno má, no puede porque yo voy de salida.

Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora