Capítulo 32.

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Macarena Achaga.

Por primera vez, me permito disfrutar la carretera, no sé conducir, así que dejamos el coche de Bárbara en su casa y abordamos un Uber, si quería que fuera sorpresa, no podía darle la ubicación de a donde iríamos, así que me emociona muchísimo ver su carita llena de emoción, aunque ella va muerta de nervios, pero siendo sinceros, ¿quién es la más aventada aquí? Yo y por eso hoy, decidí secuestrarla, quiero olvidarme del mundo, alejarnos de todo y no lo sé, ser felices un instante, sólo ella y yo.

La hice que cogiera un poco de ropa, algo básico, cómodo; y partimos. Así que nuestro destino era Querétaro, para ser exactas, la Finca Freixenet, creo que es un lugar increíble, un lugar que tenía que conocer con ella, nadie más.

- ¿Ya me dirás a dónde vamos?

- Señorita, ya estamos cerca -dijo el conductor.

- Lo siento Bárbara -dije sacando una pañoleta del bolso-. Es una sorpresa.

Me incliné y cubrí sus ojos, la tome de la mano, todo está preparado para que NADIE nos interrumpa este fin de semana y espero que el plan salga a la perfección. Veo el enorme letrero aparecer, nos estacionamos y un par de chicos del staff aparecieron, bajamos, Bárbara, no deja de sonreír y de hacer preguntas, caminamos hasta una cabaña con un balcón precioso. Me paré detrás de ella, le susurré al oído "¿Lista?, le quite la venda de los ojos y me pare a su lado para ver su reacción.

- ¿Y?

- Wow, ¿dónde estamos? -preguntó sonriendo.

- Bienvenida a la finca Freixenet, ¿qué te parece? -le pregunte y giro para verme.

- ¿El lugar o tú?

- Ambas -la tomé de la mano.

- Estoy enamorada de ambos, es perfecto Maku.

- Bueno, entonces vamos.

La tomé de la mano y la llevé dentro, había una pequeña habitación decorada, con muchas flores, comida al centro, degustación de quesos y algunas copas de vino, con un músico tocando al fondo en su piano.

- Es hermoso Maku. Aunque es demasiado.

- ¿Demasiado?, jamás Bárbara, creo que es lo menos que mereces.

- ¿Quieres bailar?

Se puso de pie, caminamos al centro, me rodeo con sus brazos y comenzamos a bailar, muy lento, no puedo evitar sonreír, adoro su aroma, adoro sus brazos rodeándome.

- Sabes, creo que cuando hicimos las fotos con Henry, no teníamos idea de cómo lo tomarían todos.

- Cierto -la observé-, pero el mundo enloqueció.

- ¿Por qué te fuiste Maku?

- No lo sé, tuve mucho miedo, Ghassan apareció y me amenazó, pero más que ello, creo que fue el miedo por lo que yo estaba sintiendo, me aterra Bárbara.

- Bueno, yo también estoy aterrada, pero no podía irme de tu lado.

- Ahora lo sé -le dije.

- No volverás a irte, ¿verdad?

- ¡No!, por eso estoy aquí.

La solté y tomé la pequeña hojita que tenía debajo de la botella de vino y la puse en sus manos, ella la quiso abrir, pero se lo impedí.

Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora