Capítulo 47.

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Bárbara López.

Estoy muy nerviosa, las tres tomamos asiento pero ninguna de las dos dice nada, así que agradezco al mesero que recién apareció con una enorme sonrisa, justo a tiempo. Un segundo más y esto hubiese sido un desastre.

- ¿Qué puedo ofrecerles?

- Por favor podrías traer... alguna ensalada, un poco de lasaña y algo fuerte para beber, muy fuerte –dije.

- Vino ¿le parece?

- Perfecto –respondió al fin Maku.

- En un momento señoritas.

Lo vi desaparecer y el ambiente extraño nuevamente reino, ya no puedo más y aquí hay solo dos opciones.

1. Mamá me corre de casa (lo cual ya no aplica, puesto que ya tengo un departamento sola, sin embargo, el que me corra de su vida, eso si que aplica).

2. Macarena termina aterrada, toma su bolso y desaparece.

3. Al fin inicio una conversación, ellas continúan y todo es como en ls películas, esas donde el amor triunfa.

Aquí vamos...

- ¿Se quedarán calladas?

- Hay mi amor, ¿cómo te fue? –preguntó mamá.

- Mamá bien, pero hoy no quiero hablar de mí, estamos aquí porque quiero que se conozcan, quiero, bueno ni siquiera sé cómo se debe hacer esto y si ustedes están impacientes, yo estoy muriéndome de nervios.

- No tienes porque amor –mamá me tomo de la mano-, tienes razón, creo que estoy siendo egocéntrica.

- Yo también Barb –dijo Macarena.

- Mucho gusto Macarena, lamento lo incómodo que pueda ser este momento, sin embargo bueno, nadie nos enseña a ser padres, nadie nos enseña que debemos hacer en casos como estos en los que...

- Dilo mamá, cuando lo hagas será más sencillo –acaricie su mano.

- Momentos como este, en los que descubres que tu hija es gay.

Escucharla decirlo por primera vez, cambió todo, no era cualquier persona aceptando mi sexualidad, se trataba de mamá, mi mejor amiga.

- Lo sé y agradezco que me diera la oportunidad de conocerte.

- Llámame Betty por favor –dijo mamá.

La tomo de la mano, se puso de pie y la abrazo, han pasado varios minutos, ellas están ahí abrazadas, aferradas la una con la otra, en un instante, un momento solo nuestro, seco mis lágrimas; no sé realmente que signifique o cuánto tiempo vaya durar, pero me quedo con la idea en la cabeza, de que una vida es lo menos que pido.

- Ok, ahora sólo les pido que hagan las cosas bien, recuerden que son figuras públicas y sé tienen que cuidar.

- Gracias mamá, así será.

Repentinamente, veo cruzar la entrada principal a Mich, mi hermano. Aquí hay carias cuestiones, la primera, tenemos tiempo sin vernos y lo echo de menos, obviamente, puesto que es mi hermano, sin embargo y cómo número dos, él y yo perdimos casi todo hace casi un año, tuvimos una pelea tremenda ocasionada por Gonzalo, lo cual en este momento no tiene ni caso recordar y aun así, a pesar de que él y yo, ya no estamos juntos, es como si algo entre Mich y yo también se hubiese roto, de esas cosas que no sabes cómo pegar.

Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora