Capítulo 36.

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Macarena Achaga.

Al fin llegamos, Cancún sin duda es uno de mis lugares favoritos, ¿pueden imaginar ese BOOM?, si eso lo mezclas con la persona correcta.

- Crees que... -dijo viendo nuestras manos entrelazadas.

- Por mí encantada.

- Bueno sí.

- Pero tranquila, lo hagamos paso a paso, ¿ok? -solté su mano.

Quería mostrarle al mundo que ella era mía y yo era suya, pero si para eso, tenía que comenzar fingiendo ser solo su amiga, lo iba hacer.

Llegamos al hotel, un tanto refundido entre árboles, muy privado, muy perfecto para nosotras. Dejamos las maletas y bebimos algo, a pesar de estar un poco agotadas, el mar es el mar y no íbamos a dejar de disfrutarlo.

Mi celular comenzó a sonar, atendí la llamada, mientras ella me abrazaba y daba pequeños besos en mi espalda; no puedo creer lo que acabo de escuchar, cuelgo la llamada y giro para observarla.

- ¿Todo bien?

- No puedo creerlo.

- ¿Qué pasa?

- No, no, tranquila, todo bien, no puedo creerlo, quieren que conduzca junto a Diego Boneta el evento de los premios GQ Hombres del año 2019.

- Wow, Maku muchas felicidades. Sé que lo harás muy bien -me tomo de las manos.

- ¿Irás conmigo?

- ¿En serio crees que no lo haría? Obvio...

La abracé y le di un beso, vaya sensación, juro que no podría cansarme de esto jamás. Fui al sanitario y para cuando volví, no pude evitar verla sin decir nada, sus curvas, su tez de piel, el cómo daban los rayos de sol sobre su cara, tomé el celular y capturé su perfección en una sola foto.

 Fui al sanitario y para cuando volví, no pude evitar verla sin decir nada, sus curvas, su tez de piel, el cómo daban los rayos de sol sobre su cara, tomé el celular y capturé su perfección en una sola foto

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- Eres preciosa Bárbara.

- ¿Qué? -vi como sus mejillas se ruborizaron cuando se percató de mí presencia.

- Mira -le mostré la foto-. Tienes que postearla, es hermosa.

- Lo haré, ¿qué crees?

- ¿Qué pasa?

- Me quieren para una película junto a Vadhir.

- No puede ser, creo que estar juntas nos trae buena suerte, ¿no lo crees?

- No sé si voy aceptarlo Maku.

- ¿Por qué no lo harías? -me senté sobre sus piernas.

- Porque eso implicaría alejarme de ti, no podría, menos ahora -se acercó y me abrazo, recargando su cabeza sobre mi pecho.

- Oye, vamos a saber llevarlo.

Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora