Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.

Capítulo 58

Macarena Achaga.

Bueno creo que aunque me duela, no veré a Bárbara por un largo tiempo, así que vamos a intentar mantener la mente ocupada, alejarme del alcohol, así como de personas tóxicas que vienen a invadir mis pensamientos y bueno, parece que soy imán últimamente. El timbre sonó, me asomé por la mirilla, vaya sorpresa, ¿qué hace Ghassan aquí?

Abrí la puerta y me crucé de brazos, ya estoy harta de tener que lidiar con él, creo que comienza a ser demasiado aburrido y de esas personas que sólo quieres resetear de tu disco duro.

- ¿Qué quieres?

- Una oportunidad... -sonrío.

- Ya te dije cuál es mi posición con respecto a ti, así que por favor vete.

- Bueno entonces creo que debes saber algo –dijo burlón.

- ¿Qué?

- Voy a hablar con la prensa... -una especie de miedo recorrió mi sangre.

- Bueno Ghassan, aquí hay dos cosas, si tú haces eso, está bien, solo adelantarás un poco lo inminente, creo que al final del día, el fandom te lo agradecería, ¿puedes imaginarte su cara, cuando sepan que Barbarena es real?

- ¿Qué?

- Bárbara, Macarena, Barbarena –dije sonriente-, me encanta como suena eso.

- Por favor Macarena, es ridículo.

- No en serio Ghassan, si crees que con eso me vas a joder la vida o a ella, está bien hazlo, eres libre de actuar como creas conveniente, pero basta, ya no quiero seguir sufriendo, ya no quiero sentirme amenazada ni por ti, ni por nadie más, así que basta. Lárgate de mi vida de una vez por todas y por favor Ghassan, haz que valga la maldita pena.

Azoté la puerta en su cara, basta de tenerle miedo a un tipo como él, además, hoy por fin corroboro ese viejo dicho "perro que ladra no muerde". Ghassan podrá ser todo y eso también incluye que sea medio pendejo.

Bárbara López.

Llegué a casa, toqué a la puerta y mamá me salió a recibir, la echaba tanto de menos, mi madre es mi mejor amiga, aunque admito que hay temas difíciles de hablar con ella, me da miedo su reacción y ahora mismo, bueno.

- ¿Y papá?

- Se ha ido, pero estaba emocionado de saber que estarías aquí. ¿Ya desayunaste?

- Mataría por unos chilaquiles con mucho chile.

- Lo sabía y por eso –dijo levantando un pequeño topper, sabía que mamá me conocía perfectamente, pero hay momentos en las que aun así logra sorprenderme.

- Mamá, gracias –respondí emocionada.

- ¿Qué es eso tan importante de lo que querías hablar?

- Bueno verás...

En ese instante cruzó por la cocina Mich, giró, nuestros ojos se encontraron, me regalo una sonrisa medio extraña y se recargo sobre la barra. Aquí vamos de nuevo.

- Que hay.

- Hola –dije a medias.

- Bueno, por favor, ¿cuándo dejarán está tontería?

- Yo no tengo ningún problema con él mamá, aquí el problema es que Mich no entiende lo que soy.

- Por favor Bárbara, has salido con tantos tipos a los cuales admito les quiero partir la cara la mayor parte del tiempo, como para que ahora salgas con que te gustan las mujeres, es una idiotez.