Macarena Achaga.
Esa extraña sensación de desesperación revuelta con lujuria y deseo recorriendo mi cuerpo cada que estamos juntas, no sé como explicarle a mi razón que debe ser paciente, explicarle a mi corazón, que debe tener la calma puesto que ahora sí, efectivamente hay un por siempre de por medio y ni que decir de como explicarle a mi entrepierna que debe ser sigilosa, al menos hasta quedar en una habitación solas.
La música tenue, la luz baja, todo, efectivamente todo conspira a mi favor, quiero poseerla, quiero disfrutar de su cuerpo, quiero conocer nuevos rincones y explorar nuevas sensaciones y es que ella me hace perder la cordura y la razón, y ahora este anillo adornando mi mano, sólo me hace creer que esto es un sueño y que al despertar, sí, ella seguirá a mi lado, porque ahora es un sueño de ambas; no todos tienen esa dicha, así que planeo agradecerle a la vida, al destino y los astros por alinearse para esto.
- Te ves hermosa -dije.
- Me encantas señorita de López -rió tierna.
- ¿Aceptas bailar está canción? -extendí la mano y ella me sujeto.
- Siempre que sea contigo.
La vista era hermosa y es que la ciudad de noche parece mágica, de esos lugares que guardan secretos, mientras mi vista se pierde en la panorámica que tengo frente al enorme ventanal, no puedo evitar pensar, cuantas personas están haciendo el amor ahora mismo, cuantas lloran en silencio y cuantas sonrisas se apagaran hoy. Seguí bailando con mi barbilla recargada sobre su hombro, sintiendo nuestra respiración sincronizarse a cada paso. Me aferro a su cintura y la despojo de la peluca, ella imita mi movimiento, comienzo a dejarme llevar por la música, doy un par de pasos hacia atrás, le pido que se siente a la orilla de la cama, le quito la bata y deslizo la mía lentamente, bailo un poco y jugueteo con mi cabello, aprieto mis pechos y muerdo mi labio.
Tengo un pequeño blusón, tan delgado que puedo sentir mis pezones cuando deslizo mis manos mientras bailo, moviendo la cadera lentamente, me acerco a sus labios y luego me echo para atrás, tomo sus manos y las deslizo por mi vientre hasta mi entrepierna, deslizo su bata, camino hacia atrás, tomo una silla y comienzo a bailar alrededor de ella, me siento y abro las piernas en mi afán de excitarla más, corrección, excitarnos más.
Muerdo mi labio, juego con mi cabello, deslizo mi mano por mi cuello, aprieto mis pechos y luego por alguna razón, abrí un poco más las piernas, tomé mis bragas y las deslice, vuelvo a abrir las piernas, llevo mis dedos a mi zona, veo sus ojos perderse en ese instante, en cada uno de mis movimientos y puedo ver en sus labios el deseo y en su vista la lujuria de poseerme.
Comienzo a estimularme, ahora ella se pone de pie, se pone detrás de la silla y me quita el pequeño blusón, ella hace lo mismo y desde ahí comienza a besar mi cuello y dar pequeñas mordidas a mi oreja, maldición. No existe nada más que ella y yo en la habitación. Aprieta mis pechos y luego rodea la silla para hincarse frente a mí, acaricia mis piernas con una sutiliza típica de ella, levanta la vista y oh diablos, el mundo se ha detenido. Me besa en los labios y me sujeta del cabello.
- Te amo Macarena.
- Te amo tanto Bárbara.
- Muero por hacerte el amor... -me susurra con desesperación.
- ¿Qué esperas?
Me sujeta y me levanta para tirarme en la cama, se monta sobre mí y luego se pone de rodillas mientras yo permanezco recostada, elevo mis manos solo para apretar sus pechos y disfrutar del gocé de sus pezones excitados. Ella baila sobre mí y sentir su entrepierna húmeda, sólo ayuda a que me excite más aprisa.
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Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.
FanfictionMacarena Achaga y Barbaba López, fueron elegidas para representar a Valentina Carvajal y Juliana Váldes, en la novela amar a muerte. Misma que con el paso del tiempo, les dio la etiqueta de #Juliantina ¿Qué pasará cuando ellas se conozcan más? ¿El a...