Capítulo 8.

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Macarena Achaga.

Desperté muy temprano, por una sola razón, quiero sorprenderla, me metí a la ducha y salí de compras antes de mediodía, hoy tenemos descanso, lo cual me queda perfecto, sé que no encontrará lo que buscó realmente, puesto que no estoy en Argentina, pero me voy a esforzar por lograrlo, compré todo lo necesario y partí a casa, arreglé mi departamento, debo admitir que casi siempre odio la soledad, pero hoy, me alegra mucho vivir sola.

Puse algo de música del celular, arreglé la sala y acomodé una gran alfombra al centro, quizás podríamos tirarnos a ver películas, escuchar música, contar algo de nosotras o en el peor de los casos, hablar sobre la novela, claro, esto último será extraño, tipo..., Hola Barbie, ¿qué onda puedo tomarte una bubi?, ¿puedo morderte?, ¿cuándo estemos ahí puedo tomarte el cabello?, hay no que mierda estoy pensando. Prioridades Macarena.

1.- Que el bife no se queme, como la última vez.

2.- Ponerte linda.

3.- No cagarla. La más importante.

El tiempo paso volando, tomé el celular, ¡Diablos!, tengo dos llamadas perdidas...

- ¿Hola?

- Hey Maca, lamento molestar, sólo quería confirmar que seguía en pie lo de hoy.

- ¡Claro baby!, lamento no poder responder, pero me estoy volviendo loca con todo.

- ¿Necesitas ayuda?

- Oh gracias, pero no, tengo que sorprenderte sola -dije orgullosa-.

- Oye, por cierto, no tengo la dirección así que...

- Que tonta, claro ahora mismo la envío. Nos vemos en dos horas mamacita.

- Claro que sí.

Hay no, tengo que darme prisa, metí a enfriar una botella de vino, algunas cervezas y compré un whisky, ¿por qué?, porque no sé que toma y quiero que se sienta cómoda. La puerta comenzó a sonar, no puede ser ella, corrí para abrir y apareció, mi bella Marimar.

- ¿Qué onda Maca? -me abrazó.

- ¿Qué haces aquí?

- No te escuchas muy feliz -dijo sonriendo.

- Lo siento no es eso -respondí apenada.

- ¿Qué cocinas? Huele delicioso, por Dios, ¿tienes una cita?, ¿Oscar?

- No es una cita, si cocino y aunque suene un tanto grosera, por favor, necesito terminar.

- Pero dime todo desgraciada -se echó a reír, supongo que mi nerviosismo me ha delatado y ella ama molestarme.

- Por favor, te voy a contar todo, pero vete ya o mi bife se va quemar y te voy a matar -la amenacé.

- Ok, ok, me voy, pero por favor Maca, usa condones -soltó una carcajada y desapareció.

¿Condones? ¡Qué risa!, como si fuese necesario, hay no, que me está sucediendo, estoy tan nerviosa que me aterra un poco. Me puse algo muy cómodo y al fin estaba lista. Acomodé la mesa y puse algo de música tranquila, cuando el timbré sonó, un par de horas después.

Bárbara López.

Me siento tan ansiosa que el estómago me duele un poco, tengo retorcijones extraños, llevó en la mano una ensalada que prepare y una botella de tequila, ni siquiera sé si le guste, en el peor de los casos, tendré que salir como loca a comprar algo adecuado.

Prométeme una sola cosa..., no te vas a enamorar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora