Destinados Antes De Nacer © || Libro #1|| [BTSxJin] (Omegaverse)

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A pesar de haberse entregado en la ducha hace diez minutos atrás, JungKook continúa molesto. Puede saberlo por la forma en que los músculos de su espalda están tensos y por la expresión seria en su rostro. No le gusta que esté molesto, menos si es consigo.

—Kookie...

— ¿Tienes un polo? — Lo interrumpe poniéndose sus pantalones desgastados.

Jin le pasa uno de sus polos grandes y sus labios forman un puchero al ser ignorado por su alfa.

—Kookie...

—Será mejor que regrese ya —vuelve a interrumpirlo acomodando la prenda—. YoonGi debe estar preocupado. Con suerte llego en la noche.

—Kookie...

El tono de SeokJin sale un poco harto.

—Vendremos por ti mañana en la mañana.

Menciona caminando hacia la puerta y es suficiente para Jin.

—JungKook, deja de ser un imbécil.

Este gira para verlo con el ceño fruncido.

— ¿Qué?

—No te hagas. Sé que estás celoso, pero si supieras porque me necesitan, entenderías que...

—No me importa sus razones.

—JungKook, las cosas no son como crees.

— ¿Ah, no? Entonces, ¿cómo son las cosas? ¿Qué puedes decir que excuse la condición de NamJoon?

Los ojos de Jin se cristalizan al recordar la condición en la cual dejó a su líder de grupo. No, él no quiere echarle la culpa a la manada Kang. No quiere culpar a ese par de lindas bebés. Quiere convencerse de que fue un accidente, un trágico accidente. Pero, NamJoon está ahora en el hospital, en una camilla sin poder hacer nada. Jin se marea y se sienta en la cama con la cabeza gacha.

—No te culpo que te hayan caído bien —conoce a la bondad de su pareja. De alguna u otra forma, JungKook temía que iba a suceder—. Pero, no puedes esperar a que olvide lo que nos hicieron. Ellos humillaron a YoonGi, lastimaron a NamJoon y te llevaron de nuestro lado. Sea la razón, nos separaron, Jin, y eso es algo que no voy a poder perdonarles.

Separaron. Parejas destinadas, repite el omega atormentando su mente.

JungKook se acerca hasta sentarse al lado de su pareja.

—Escucha, Jin... —agarra ambas manos para acariciar los nudillos de estas—, no quiero irme de esta forma. No quiero dejarte así.

Continúa con la cabeza gacha.

—Pero, trata de entenderme, ¿sí?

Silencio.

—Jin...

—Las matarán... —suelta sin pensarlo—, si no aullo con ellos esta noche cuando la luna esté llena, el consejo de alfas de sus clanes van a matar a esas dos bebés —niega ante la idea—. Y-Yo..., yo no puedo permitirlo, JungKook. Son bebés. Ellas no tienen la culpa de nada.