Dalia Negra- One shots

25- Terminamos (6/7)

Cuando le destaparon los ojos, Peter se encontraba con un hombre alto y que llevaba un parche puesto en uno de sus ojos, parado frente a él.

-Peter-saludó.

-¿En donde estoy? 

-En las nuevas instalaciones de S.H.I.E.L.D.

-¿No era más fácil llamarme que secuestrarme? 

-Honestamente, sentimos haberlo hecho, pero de otra forma te hubieras negado a participar en esta reunión. Te hemos citado para aclarar algunas cosas que sabemos que te están afectando últimamente.

-¿Disculpe? 

-Peter, nosotros enviamos las cartas.

Él entendió en ese momento porqué se encontraba amarrado a una silla. Quería matarlo.

-¡¿Qué hiciste qué?!

-Relájate, Parker. Nosotros no tuvimos la culpa.

-¿No tuvieron la culpa? ¡terminamos por esas estúpidas cartas! Todo fue su culpa.

-No. Fue mía.- dijo un joven saliendo de la oscuridad. 

Tenía el cabello rubio y ojos claros. Peter creía haberlo visto en algún momento pero no recordaba cuándo exactamente.

-¿Tú? 

-Si, yo fui el de la idea y fui yo quien colocó las cartas en tu casillero.

-¿Y tú eres? 

-Mi nombre es Harley Keener. Estuve en el funeral de Tony, de seguro me recuerdas de ahí. 

-No me interesa quien eres, quiero saber porqué lo hicieron.

-Peter- dijo el rubio colocándose a su altura- creemos que Mysterio sigue con vida y de ser así, sabe que atacar a Michelle será lo que más te dolerá.

-No es cierto, yo lo vi morir.

-No se puede confiar en alguien con tanta habilidad para engañar y lo sabes- habló Fury mientras otros 2 hombres desataban a Peter de la silla.

-Lo sé, pero debieron decírmelo.

-¿Y qué hubieras hecho? 

-Yo…

-No habrías escuchado.

-Eso no es cierto, señor.

-¡Vamos, Peter! Llevamos tiempo juntos y puedo decir que te conozco. No te hubieras alejado.

-Basta. El punto es que está allá afuera esperando para atacar.

-¿Cómo lo sabes?- preguntó Peter mirando diferentes pantallas.

-Cuando los atacó en Europa, de alguna manera influenció en la energía que irradiaba el lugar, por lo que el otro día algo intentó matarme y no pude verlo bien y por eso recurrí a Fury, quien me ayudó con sus máquinas a detectarlo.

-¿Y qué se supone que haremos? 

-Estar atentos y vigilar. Por ahora no atacaremos.- agregó Fury de inmediato.

Luego de una larga conversación, regresaron a Peter a su hogar.

Los días pasaban y las cosas no avanzaban hacia ningún sentido. 

-¿Hablarás con ella?- preguntó Ned mientras buscaba sus libros la mañana de miércoles siguiente al secuestro.

-No puedo, Ned.

-¿No puedes hablarle o no puedes olvidarla? 

-Las dos.- suspiró agachando su cabeza. Le costaba asimilar que en ocasiones, ella lo miraba con los mismos ojos que lo hacía antes y eso no ayudaba a olvidarla.