67- [Especial Tomdaya] Estoy bien

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Despertar.

Ensayar.

Grabar.

Revisar.

Dormir.

Su día se resumía en sólo 5 acciones. La vida de un actor no era fácil y mucho menos cuando del protagonista se trataba. Rara vez tenía tiempo de sobra o para pasar con sus compañeros de trabajo, que aunque eran tan cercanos como hermanos, no lograba pasar más de 15 minutos junto a ellos sin estar delante de una cámara o dentro de una habitación esperando a ser maquillados.

No era un trabajo simple, muchas veces tampoco llegaba a comer nada más que el simple desayuno que podía prepararse y así estar todo el día hasta terminar de grabar, aunque cuando esta hora llegaba, pocas eran las energías que tenía cómo para comer algo más.

Pero más allá del dinero que ganaba por tal sacrificio, amaba la actuación y el imponente desafío de personificar a alguien tan conocido y querido por la gente como Spider-Man. Quería cumplir con las expectativas de la gente y a su vez satisfacer a quienes decían ser sus fans incluso antes de verlo personificar a tan maravilloso hombre como lo era Peter Parker, por lo que si hacer ejercicio durante meses, madrugar constantemente e incluso llevar una estricta dieta era lo que se requería, lo haría y con gusto.

Faltando tan sólo algunos días para que acabase tan extensa producción, todos los jóvenes decidieron salir a divertirse, aunque fuese sólo unas horas.

El plan era simple: comer por ahí, jugar a los bolos y regresar antes de media noche tal cual cenicienta debido a que al día siguiente debían madrugar nuevamente, de todas formas, todos estaban muy cansados.

Al llegar al restaurante, Tom y Harrison, su fiel amigo, se sentaron en un buen lugar a esperar al resto del grupo. El lugar era acogedor, es decir, no muy grande pero justo lo que ellos necesitaban para pasar un momento agradable.

Enviaron mensajes a sus amigos esperando pacientemente sus respuestas, confirmando que Laura, Jacob, Angourie, Tony, Zendaya y Darnell, llegarían en unos minutos.

En no más de media hora, el lugar estaba repleto de buenos amigos compartiendo una divertida charla junto con deliciosa comida y bebidas.

Actuación, anécdotas, futuros planes, mascotas e incluso historias familiares fueron las bases más firmes de la conservación, aunque claro que el tema se desviaba y terminaban incluso hablando sobre recetas de comida.

Pasadas casi dos horas, partieron en diferentes autos hacia el lugar donde se daría la famosa batalla de bolos, aunque para ese momento, el cansancio estaba venciendo a por completo a Tom.

Esos últimos días, comía menos de lo normal y cada día trabajaba más duro. Él creía firmemente que ni siquiera Harrison notaba eso, pero la delgadez y el desgaste del chico era algo que Zen no podía ignorar.

Lo veía decaído, repetidas veces con la mirada puesta en ella por largos momentos o sino sumido completamente en sus pensamientos. Cualquiera de estas era preocupante para ella.

Llegaron al dichoso lugar para poder terminar su jornada de la mejor manera.

Tom y Jacob eran los siguientes en jugar. Cada uno tomó una bola de boliche para hacer su tiro, sin embargo, la de Tom calló al instante.

Dalia Negra- One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora