46- Días difíciles IV

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Historia alterna✨

Sobre llevar todo el asunto de Michelle no era facil.

Llevaba poco más de 5 días desde su conversación con ella y, a decir verdad, no parecía querer cambiar de opinión al respecto.

Peter comprendía a la perfección a Michelle, es decir, ¿quién en su sano juicio aceptaría ir a vivir con un extraño? Él era su amigo, por lo que la situación no era tan así, pero de igual forma le costaba asimilar lo que él decía.

Desde su conversación, muy pocas palabras habían sido cruzadas entre ambos. Peter sentía que forzarla para hablar sobre el tema empeoraria las cosas, por lo que sólo se limitaba a pasar con ella una hora del día, aunque pasaba gran parte de este en el hospital por miedo a que necesitase algo.

Honestamente, le dolía el ver a Michelle de esa forma. Verla dormida y al borde de la muerte no fue fácil, pero así tampoco lo era. Algunas veces llegó a pensar que todo hubiese sido más fácil si no despertaba, es decir, no por desearle el mal o algo así, sino por el hecho de que no tendría que ocultarle tantas cosas cómo ahora.

Esos malos pensamientos era momentáneos, se maldecia luego llegar a pensar algo así ya que el bienestar de ella era lo único que le importaba.

Entró a la habitación y, ya que no faltaba tanto tiempo para que le diesen de alta, trajo consigo lo que lo ayudaría a convencerla.

-¿Michelle?- preguntó una vez dentro al no verla por ninguna parte.

-Aquí estoy.- dijo saliendo de la habitación de baño.

-Disculpa, no quería molestarte.

-Descuida, no lo hiciste.

-Michelle, me gustaría hablar contigo un momento.

-¿Acerca de?- preguntó mientras se sentaba sobre su cama, dejandom de lado su dibujo y un par de pinturas que había derramado sobre su ropa. Causa por la que estaba en el baño.

-Se que no quieres escucharme y te entiendo, pero en unos días te darán el alta y deberás regresar a tu hogar y...

-Cómo no tengo uno, tengo que ir contigo.

-Eso.- agregó esperanzado.

-Peter, las enfermeras me dijeron un par de cosas y- suspiró- no eres un mal chico, pero entiende que esto no es facil para mi. Por eso dime lo que ellas no pudieron responderme. ¿Qué éramos tú y yo?

-Novios.- respondió.

Algo temeroso, le pasó lo que había traído consigo, siendo este una foto de ambos.

Ella la miró y sonrió. Deslizó su dedo por la fotografía intentando recordar algo de eso pero de nada sirvió.

Entonces, alzó su vista a Peter y asintió.

(...)

Los días habían pasado y allí estaban ambos, camino a casa de Peter.

Michelle observaba, atraves de la ventanilla de su lado, el lugar sin creer que ya había pasado por aquellos lugares en algún momento de su vida.

Dalia Negra- One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora