Dalia Negra- One shots

28- Morgan H. Stark II

-Estaré allí a las 10.

Una apresurada y preocupada Pepper se encontraba al teléfono.
Habíamos hablado durante varios minutos sobre un mismo tema que consistía en que yo debía hacerme cargo de su pequeña hija durante unas horas.
Todo comenzó con el llamado de Pepper a las 22:57 pm, en el que le comentó a mi tía que Happy (usualmente, el novio de mi tía) había sufrido un accidente y para la mujer, él era como un hermano por lo que quería ir a visitarlo.
May, desinformada al respecto, accedió a acompañarla hasta el lugar y entre ambas acordaron que Morgan se quedaría conmigo hasta su regreso.

-Bueno, Peter. Estarás a cargo de una niña pequeña así que por favor, se una persona responsable.- habló mi tía luego de desayunar.

Eran pasadas las 8 de la mañana y nuestras visitas estaban por llegar.

-Claro, tía. Confía en mi.

-Confío en ti, siempre lo he hecho. Te quiero demasiado mi niño.

-Yo también, tía.

Nos abrazamos y hasta que el sonido del timbre nos separó.

-Iré a abrir.

Mi tía caminó hasta la puerta y al abrirla, una pequeña escurridiza corrió entre sus piernas a abrazarme.

La tomé en mis brazos y ella se abrazó a mi cuello.

-Por fin estás con Peter, ¿estás feliz?

-Mucho.- dijo sonriente.

-No saludaste a la gente, Morgs.- pidió su madre. La niña asintió con la cabeza y me pidió que la bajara para poder saludar.

Caminó hasta May y besó su mejilla. May hizo lo mismo.

-Bueno, nosotras ya nos vamos.- dijo May buscando sus cosas.- Recuerda todo lo que te dije, Peter y por cualquier situación no dudes en llamar.

-Claro.

-Morgan, portate bien.- dijo su madre abrazándola y besando su cabeza.- No molestes a Peter y si el dice que no, es...

-No. Ya lo sé.- dijo.

-Muy bien. Peter, ten esto- dijo su madre buscando dinero en su monedero.- pueden utilizarlo para comida o lo que gusten.

-Está bien, muchas gracias.

Ambas mujeres nos saludaron nuevamente y luego se fueron.

-Bueno, Morgs ¿Qué haremos?

-¡Jugar!

-¿Trajiste juguetes otra vez?

-Si.- dijo mostrando su bolso.

Nos mantuvimos distraídos durante casi 2 horas, cuando me levanté a buscar mi teléfono.

-¿A dónde vas?

-Por mi teléfono, quiero ver que hora es.

-Bueno.

Narra Morgan

Miré hacia donde Peter caminaba y lo que hacía.

-¿Qué hora es?- pregunté. Me gustaba pasar tiempo con él, pero a quien yo más quería ver era a su amiga.

-Las 18:37.

-¿Tú amiga ya viene?

-No lo sé.- me dijo regresando a la habitación en la que jugábamos.- Iré al baño, vuelvo en un momento.

-Sipi- respondí fingiendo jugar.

Miré si había entrado al baño o no y corrí a su teléfono. Lo tomé y senté bajo la mesa a usarlo. Ahí no me encontraría.