49- Días difíciles VII

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✨ Historia alterna ✨

Caminaron juntos el recorrido de regreso hacia donde estaba el grupo.

La conversación se había vuelto más interesante de lo que pensaba, pero desafortunadamente ya habían llegado a su destino.

-Me alegró mucho verte.

-A mi también.- respondió ella mientras se alejaba de abrazo que envolvía a ambos.

-Peter se alegrará al saber que estás bien.

Al oír ese nombre, la sonrisa de Michelle se desvaneció, y en su lugar, se formó una nostálgica mueca que intentó disfrazar con una nueva sonrisa.

-¿No has vuelto a hablar con él, verdad? - preguntó sin más.

Ella negó.

-No quiero ser molesto ni nada parecido, pero creo que se merecen una conversación.

Ella bajó su vista evitando verlo a los ojos. Lo extrañaba, y sin importar cuanto hubiese tratado de olvidarlo, el tan sólo escuchar su nombre le provocaban ganas de correr a sus brazos y no separarse de él nunca más.

-Fue un gusto verte, Harley.- desvió el tema de la conversación mientras se alejaba hacia el autobús.

-¡Espera!- gritó mientras la alcanzaba.

Ella paró y giró a verlo. Después de todo, el no tenía la culpa de nada.

-Si no quieres hablar con él, lo entiendo, pero yo soy tu amigo y si quiero hablar contigo. Michelle, se que jamás llegamos a ser tan cercanos como para confiar el uno en el otro, pero si necesitas a alguien para llorar, mi hombro y mis oídos estará allí para ti.

Ella lo abrazó nuevamente y el correspondió de manera positiva.

-Es la excusa más mala que he oído para que alguien le de su número de teléfono a otra persona.- susurró junto al oído de Harley mientras reía.

Arrancó una de las hojas de su libreta y anotó el número allí.

Con algo de miedo, pasó el papel, pero al notar el pequeño temblor en sus manos, Harley comprendió el porqué.

-No voy a dárselo. Tú tranquila.

Ella asintió y agradeció mentalmente tener un amigo como él cerca.

Llevaba tiempo sin ver a Ned y Betty pero hasta la última vez que pudo verlos, ellos estaban juntos y felices, no había nada más que agregar.

Ese día regresó a su hogar sintiéndose más liviana, cómo si un peso hubiese sido removido de su espalda.

¿La razón? No la sabía o fingia no saberla, pero de lo que estaba segura era que el saber que Peter estaba bien la había hecho sentir mejor consigo misma.

...

Pasaron algunos días en los que su rutina se tornó completamente aburrida.

Despertar, ir a la universidad, regresar, pasar tiempo con Ronald (su novio) y acabar la jornada mirando una serie o película.

Dalia Negra- One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora