54- Días difíciles VIII

609 38 14
                                    

Historia alterna ✨

Extrañar...

Notar la falta de algo que se usa habitualmente y que se ha sustituido por otra cosa.

Usualmente, eso era lo que le ocurría, claro que si se le cambiase el algo por alguien, entonces esa frase sería correcta en su totalidad.

Aunque durante días evitó pensar en el mensaje, era algo que simplemente no podía quitar de su cabeza.

Cada palabra, cada oración, cada párrafo le hacía querer correr hasta él y besarlo cómo nunca antes. Pero no podía.

Su vida no era la misma que en aquel momento, y si bien, ya había recuperado todos sus recuerdos, ella no era la misma.

Todo lo que había sentido o vivido en su pasado había sido enterrado en lo más profundo de su corazón.

Se había prometido a si misma jamás volver abrir aquel baúl en el que había acumulado todos sus recuerdos, iniciando una vida nueva, con nuevas posibilidades y expectativas.

Durante años, no tuvo problema en dejar todo eso atrás, ya qué, estando en aquel lugar conocía a muy poca gente y, para su suerte, quienes la conocían no sabían nada de ella o de dónde provenía.

Fue así cómo se dió la oportunidad de conocer a alguien. De reiniciar su vida amorosa.

Con Ronald se habían conocido en una cafetería. Ambos asistían a la misma Universidad, pero al tener diferentes materias, apenas se habían visto un par de veces.

Si bien en un primer momento le pareció que era una persona amargada y desagradable, no quiso dejarse sólo influenciar por la primera impresión así que accedió a beber un café con él.

Poco a poco, el accidente de derramar café sobre uno de sus libros se volvió una anécdota divertida que compartían a diario con sus amigos y conocidos.

El café en el que Ron trabajaba se había vuelto su punto de encuentro.

Estudiar se convirtió en hablar.

De desconocidos pasaron a tener una amistad.

Los cafés se habían vuelto citas.

Las charlas se habían transformado en miradas.

Las sonrisas se volvieron sonrojos en las mejillas de ambos.

Las citas se convirtieron en buenos momentos.

La amistad se volvió amor.

El amor se transformó en un para siempre.

A todo el mundo le sorprendía lo bien que se llevaban ambos.

Jamás una discusión.

Jamás.

Llevaban casi 2 años de pareja y nunca habían tenido una discusión.

Eran la demostración perfecta de una relación de película: nada de celos, ni discusiones y mucho menos, engaños.

Eran perfectos el uno al otro.

Dalia Negra- One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora