Por una serie de problemas Akane se ve obligada a vivir con su maestro. Un hombre de 31 años, Aizawa Shota, algo cascarrabias, dormilón y serio, en cambio ella es despreocupada, bromista y muy juguetona.
¿Qué pasará en esa casa con esta curiosa pare...
Akane había escuchado a Mic comentar por arriba a Midnight.
El amargado Shota no quería celebrar su cumpleaños y ese año no le iba a obligar a ir a ningún bar, además parecía estar más testarudo de lo normal. Una felicitaciones y un regalo y ya, era su mejor amigo y sabía que ese azabache quería estar ese cumpleaños en su casa.
Mic tenía algún presentimiento que no era por la comodidad de su casa, quizás por su nueva inquilina, peor ante todo era su mejor amigo el lógico, la idea la borró rápidamente de su mente.
Akane no sabía que hacer, ¿como celebrara un cumpleaños? Lo había celebrado alguna vez junto a Bakugo, que también a regañadientes accedía, una tarta y poco más.
Faltaban pocos días pero con facilidad pudo conseguir un pequeños trabajo para comprar lo necesario, en el bubletea de las tres hermanas. No era muy difícil pero andaba justa de horas, no quería que Aizawa se diera cuenta.
Con un día de antelación compró lo necesario. El regalo, globos de color azul, la tarta, algunas guirnaldas, una gran pancarta donde se leía ¡feliz cumpleaños!
Aprovecharía que Aizawa se fuera a patrullar para luego en la noche celebrarlo. Dio gracias a Dios de que gallera un viernes.
Se despidió de Aizawa y sacó las bolsas donde estaba todo. La tarta seguía bien en su hielera improvisada, no había Estado mucho fuera, la metió y se puso manos ala obra. Con ropa sencilla puesta, se remango la manga y comenzó a decorar.
Le dolían los cachetes de tanto soplar los globos y que Lucky intentara arañar estos niños ayudaba en nada. Akane cogió una cinta azul y se le ató a cuello al mínimo y luego le hizo un bonito lazo.— Si vuelves a intentar romper algo te embaló en papel de regalo. —le amenazó, el animal maulló y se acostó en el sofá
Término de poner la decoración. Iba bien de tiempo. Se ocupó de lavar el baño y colocar los regalos, por que Akane tenía varios regalos que hacerle.
Cuando estuvo todo listo se cambió y esperó en la puerta.
A la misma hora de siempre Shota apreció con aspecto cansado.
— Ya estoy en casa....
— Bien venido...
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Aizawa se sorprendió al ver a Akane allí delante de la puerta. La de ojos morados estaba muerta de la vergüenza, no quería que nada saliera mal.
— ¿estas bien? ¿A ocurrido algo malo?
— Mmh... Lucky a vuelto ha hacer de las suyas...
Shota suspiró estaba demasiado cansado como para arreglar lo que el gato había hecho. Se fue a la sala dejando a Akane a sus espaldas. Se paró en seco al ver los globos y el cartel. Se dio la vuelta para ver a Akane.
