Por una serie de problemas Akane se ve obligada a vivir con su maestro. Un hombre de 31 años, Aizawa Shota, algo cascarrabias, dormilón y serio, en cambio ella es despreocupada, bromista y muy juguetona.
¿Qué pasará en esa casa con esta curiosa pare...
Advertencias y aclaraciones: Capitulo con escenas para mayores de edad, si no cumplen la edad, NO LO COMENTEN. Gracias, es por el bien de todos.
Menciones especiales: La idea de la mordaza en este capítulo es una petición de un lector, gracias por la idea.
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Los días pasaban más rápido de lo que querían, habían dio a ver algunas cosas interesantes, sobre todo en el pueblo cercano, pero ya era hora de disfrutar completamente de un día entero en los baños termales. Iniciaron con todo el recorrido, ya que era baños mixtos la gente llevaba bañador aunque como siempre había algún niño o niña que vestía la ropa con la que habían nacido.
Se comenzaba con una piscina fría, y se iba pasando cada vez a más calientes. Incluso probaron a entrar en una sauna. Akane sentía que cada gota de agua se le había evaporado del cuerpo. Terminaron volviendo envueltos en toallas.
— Metámonos en la de nuestra habitación.
— Veo que te gustan mucho, no has experimentado ya lo suficiente el calor? Es tardísimo, con la cena en la terraza se ha hecho tarde.
— ¡Quiero experimentar más, muchas más cosas! —Convencido el mayor se metió junto a ella al agua— Es una suerte que nos hayan dado un baño privado...
— Bueno, seguramente querían evitar que si se tratase de un héroe más famoso, y una fan loca viera su torso se armara una buena.
— Estoy segura de que muchas se girarían a ver. No eres algo fácil de evitar Shota... —Susurró acariciando su abdomen, marcando suavemente el relieve de cada abdominal.
— No me calientes más, no quiero entrar en la lista mala de Santa a tan poco de Navidad.
Akane se alejó lentamente con una sonrisa en el rostro, moviéndose con elegancia en el agua.
Finalmente el hombre logró pararla con los brazos. Beso la nuca de su cuello riendo. No era solo pro la culpa del vaho, había ciertos factores que lo calentaban más. La piel de la muchacha estaba extremadamente más suave de lo habitual, las cintas que sujetaban su bañador eran fáciles de quitar. Con unos pocos tirones logró deshacerse de él y con fuerza lo tiró a las piedras.
— ¡Shota, que lo vas a romper! —cometó carcajeando mientras se daba la vuelta.
El mencionado la arrimo. Su cuerpo y la subió un poco dejando su torso fuera del agua.— En estos momentos no me preocuparía por solo romper al bañador. —comenzó a bajar sus manos por la fina espalda de la pelinegra, metió los pulgares por los bordes de la braguita y la fue deslizando. Akane suspiró cerrando los ojos.
Shota besó su pecho izquierdo y lo mordió con jugueteó.— ¿De verdad quieres hacerlo en las aguas termales? Falta un día para Navidad.
— No creo que al hombre de rojo le vaya importar mucho. —murmuró en su oreja.
— Eres de lo que no hay Shota...
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