Capítulo 23 - La señora Rose Mary

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Pide un deseo con todas tus fuerzas y dicho se hará realidad.

Pues pura mierda, porque Darien hasta vomitó sangre para borrar el día en el que Lysandro y William se conocieron. Había sido tanta la presión de las presentaciones y el enfado tan grande de ver la cercanía entre ambos que Darien se alcoholizó a tal punto de vomitar sangre. De no ser por el maestro Gelida, habría perdido los estribos y la vida misma. Darien no era conflictivo, de hecho, era bastante reservado, pero eso no le impedía que su sangre hirviera como agua caliente a través de sus venas.

Incluso ahora, estaba luchando por dentro para no abrir la boca y gritarle a Lysandro "¡HIJO DE PUTA, DÉJAME EN PAZ!"

Pues el carismático de Lysandro estaba presionando su dedo índice sobre el cachete regordete de Darien, una y otra vez mientras reía.

—Chu, chu..., ¿Quién lo diría? Adelgazaste muchísimo... me sorprende tu metabolismo en estos años

Darien inspiró profundo, sintiendo la sien a punto de explotar. Trataba de contener la calma, William se había marchado para ajustar sus cuerdas y para eso, tuvo que llamar al espectro de Gelida. El cual, se mantenía tranquilo e intentaba hablar a duras penas. Si las cuerdas funcionaban bien, entonces Gelida permanecería quieto y amable, pero si no, mostraría gestos de enfado y perdería el control. Estaban varados en un prado rodeado de árboles altos, cerca de un río con aguas puras. Tan transparentes como la escarcha misma.

—Mírate Darien, tu rostro se volvió más serio, ¡PUAJAJAJAJA! ¿¡Qué con esa mirada!? ¿¡ME ODIAS!? ¿¡Cómo podrías hacerlo!? —dijo al sostener sus mejillas y sacudirlo violentamente. Darien mantenía la calma tras una expresión de ceño fruncido, aunque la realidad es que se mordía el labio inferior para no desatar la bestia que era. —¡CHUBBY! ¡CHUBBY! ¡CHUBBY! ¿¡El cachorro de Darien no puede ladrar!? ¡JASJASASDJK! ¡Ladra, ladra!

Darien apretó los puños.

—¿Qué te sucede querido Darsss? ¿Aún no olvidas mi incidente con tu querido mentor? Bueno, no es para menos... es obvio ¡Me adora! Más de lo que a ti, ¡Jua, jua, jua!

De algún modo, Darien cerró los ojos, sintiendo como humo salía de su cabeza. Contaba repetidamente hasta veinte, pero en su interior solo quería gritar, ¡LYSANDRO DE MIERDA!

—¿Sabes Dars? Aquí entre nos... nunca he sido afectivo, tocar a los seres humanos siempre me ha generado repudio... sin embargo, deberías sentirte halagado de que te sostenga así, o... ¿crees que podría tocar a William? digo, no me molestaría hundir mis dedos en su pecho y desprender sus ropas, ¡Jum! ¡Buenísima- ¡AAAAH! ¡SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME! ¡DEJA DE MORDERME!

Pero Darien mantenía una expresión fría, le miraba furioso y mientras más tironeaba, más hundía sus dientes sobre los nudillos de Lysandro.

—¡PERRO BASTARDO! ¿¡NO HAS OÍDO EL DICHO DE PERRO QUE LADRA NO MUERDE!?

—Pues ese perro no ladra... así que obviamente morderá —interrumpió William a medida que salía de entre los árboles, tras él estaba Gelida

—¡DILE QUE ME SUELTE! ¡DILE!

Darien retrocedió, no sin antes mirarle con total repudio. William no pudo hacer más que soltar carcajadas.

—¿¡Cómo puede ser!? El gran Lysandro lloriqueando de nuevo por una mordida, anteriormente por una araña menor que tu cerebro..., ¿Realmente eres el ente más temido de la tierra?

—¡Ambos son unos testarudos! Como dije, las cosas entre más pequeñas más peligrosas son... y, ¿¡Qué te importa!? Seré el más temido siempre, ¿No puedo yo también temer a algo?

Sonata espectral de un alma solitaria. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora