Capítulo 57 - Mentiroso

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—Este maestro, ¡NUNCA MÁS TOCARÁ ESA SONATA!

Al escucharlo exclamar con seguridad, de uno en uno se le fueron encima. Gritando, maldiciendo. Descendieron como buitres ansiosos por probar carne putrefacta. Sus declives eran tan rápidos que parecían ráfagas de viento, sus cuerpos apenas y podían distinguirse, pues William solo notaba rayas atacándolo sin parar. Los susurros que antes eran apenas audibles, ahora se habían convertido en ecos resonando de piedra en piedra. Frotándose contra cada musgo sumergido entre las grietas.

"Mentiroso, mentiroso"

Él yacía de rodillas, tapándose los oídos, aunque en su vida pasada este era un panorama habitual no quitaba el hecho de que fuera doloroso pues, los espectros agonizantes siempre buscaban la manera de escupir su rencor, incluso con aquellos que no los habían lastimado en vida. William intentó ponerse de pie, disfrazó el miedo con orgullo para darles cara, pero le resultaba imposible. Justo ahora, era más indefenso.

Más pequeño, más insignificante.

Wilder...

Susurraban aquellos espectros.

Wilder...

Eres un mentiroso

Asesino

Tú no hiciste nada al respecto

Nadie tendrá misericordia de ti, nadie

Ni tus padres la tuvieron

—Silencio... —decía al cubrirse aún más los oídos. —¡Silencio!

Estás solo, siempre has estado solo

Mira lo que has hecho... mira en dónde terminó el maestro Gelida

Es tu culpa, siempre es tu culpa

¿No tienes un poco de vergüenza?

Traidor, maldito mentiroso

—¡SILENCIO! ¡SILENCIO!

Solo traes desgracias, mira lo que provocaste en Angie

—¡BASTA! ¡BASTA! —sujetó con firmeza su violín e hizo un chirrido molesto, como respuesta, los espectros retrocedieron pero se volvieron más hostiles

¿Por qué les mientes?

¿Por qué no les dices la verdad?

¡Diles lo que hiciste!

¡Diles para que se alejen de ti!

Nadie te perdonará.

Ni siquiera tú puedes perdonarte.

Lloras, pero eres un hipócrita.

¿Cuántas vidas más necesitas para quitarte ese arrepentimiento?

—¡BASTA! ¡SILENCIO, SILENCIO!

¡NO HAY DERECHO DE VOZ PARA LOS MENTIROSOS!

¡NO HAY COMPASIÓN PARA LOS ASESINOS!

¡ESPECIALMENTE AQUELLOS DE MALA VOLUNTAD!

William alzó la mirada, la saliva se le fue de golpe al ver las cuencas vacías de cada uno de los espectros. Merodeando como las almas en el Hades, en círculos, en un tono oscuro. Chorreando lágrimas espesas oscuras que empapaban a William como una lluvia.

"Tú lo sabes, tú lo sabes"

—No... no... —William se aferraba a su violín, de nuevo intentó otro chirrido, pero un espectro descendió con brusquedad y lo tumbó. Arrojando su violín muy lejos de su alcance. —no... no

Sonata espectral de un alma solitaria. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora