Capítulo 24 - Solo quien deja ir ama de verdad

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—Lamento molestarla, sé que... nosotros no hemos conversado en ninguna ocasión y-

—Oh querido, descuida, descuida, que cualquier amigo de Lysandro es amigo mío. Me alegra verle de nuevo tan emocionado, de hecho, ya comenzaba a preocuparme por su salud

William soltó un "hmph burlesco" por una parte, le divertía la inocencia de aquella mujer por un espectro temerario como Lysandro, pero por otra, igual lo envidiaba. Ya quería él a alguien que lo amara de tal forma. Jugó con la taza entre sus manos y arqueó ligeramente ambas cejas delgadas, uniéndolas para dar un aspecto de cierta incredulidad.

—¿Lysandro la estaba pasando mal? Eso es nuevo de oír

Rose Mary rio y dejó la taza sobre su regazo, asintiendo débilmente. Lysandro permanecía sentado junto a ella, atento y serio ante la conversación. Como ente, no era necesario comer, pero siempre era un placer cuando tenía la compañía de Rose Mary, por lo que bebió profundo el café amargo.

—Mi niño la pasó mal después de perder a su amigo

William alzó la ceja.

—¿Amigo?

—Un jovencito... ¿Cuál era su nombre? —miró hacia el techo, hundió los labios y sin respuesta se limitó a sonreír hacia los presentes. —Me lo presentó años atrás... era un joven muy atractivo y bastante educado, su aspecto era un tanto hostil pero jamás me faltó al respeto. Recuerdo lo emocionado que llegaba Lysandro a contarme de sus hazañas, mi niño no es de muchos amigos, así que... lamenté mucho cuando falleció. Era tan joven y fue tan inesperado

William carraspeó un poco tenso.

—Pero señorita Ro-

—¡William! —dijo sonriente. —¡Ese era su nombre! Ahora lo recuerdo, ¿Dices que vienes de Stratford-upon-Avon, cierto? Lysandro me decía que ese chico era fascinante y extraño, una coincidencia al llamarse como el dramaturgo William Shakespeare y nacer en el mismo sitio que él, lo reconocía como pródigo y no lo dudo, era un joven extraordinario

—Hmph... tan extraordinario que acabó muerto —replicó Lysandro, hundiendo de nuevo la taza entre sus labios

—Realmente estoy consternada, en el pasado, realmente nunca quise tratar el tema... mi niño podría sufrir bastante y no quería eso para él... a decir verdad yo siempre tuve muchas dudas ¿Cómo es que murió así repentinamente? Escuché muchas versiones, ya fuera que murió a manos de su alumno o por infarto, si fue por lo segundo, ¿Por qué la gente habría de inventar lo de su alumno?

—Porque era un jodido cachorro siguiendo a su amo —dijo Lysandro. —uno muy, muy molesto que no lo dejaba en paz. Por lo que... evidentemente la primera persona a señalar y culpar por su muerte sería a ese... alumnito suyo

—No podría decir cuál versión creer, a fin de cuentas... mientras más bocas haya más distorsionado será el mensaje, si ese alumno suyo le hirió lo consideraría un hombre desalmado y muy malagradecido. Podría compararlo incluso con un monstruo

—No lo dudes querida Rose Mary —replicó Lysandro, mirando con vanidad los ojos acaramelados de Darien. —un completo y muy desalmado monstruo

Las mejillas de Darien se coloraron pero por furia, abrió la boca dispuesto a reclamar ante la risita burlona de Lysandro, pero Rose Mary interrumpió nuevamente con un suspiro.

—Sin embargo, he escuchado que ese alumno realmente le quiso con el corazón y se aisló de la sociedad cuando él partió... no lo sé querido, pero si eso es verdad entonces me compadezco por ese joven, sufrir una pérdida es doloroso pero pasar el duelo por si solo lo es más. Las palabras pueden no significar nada a la hora del consuelo, pero basta con sentarse junto a esa persona y escucharla, ya sea que hable o llore, no importa, pero estar ahí es lo importante. Es triste tener que dejar ir a una persona que amas, nunca la sueltas realmente... me pregunto si aquel joven alguna vez lo hizo

Sonata espectral de un alma solitaria. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora