Capítulo 53 - Por zorra

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Las seis de la mañana y Darien ya estaba fuera junto al espectro de Gelida, quién miraba de un lado a otro cómo el castaño caminaba en círculos, agarrándose el cabello y tirando del mismo.

Cierto, no tenía ojos.

Pero no hacían falta para escuchar cómo poco a poco iba a dejarse calvo.

Gelida soltó un "kjj" al imaginar aquello.

Darien calvo.

Grande.

—¡Maestro! Yo lo sé, lo sé que escucharme debe sorprenderle —musitó desesperado. —sé que es temprano, por favor no grite ahora que me escucha, pero ¡ah! Siento que me comeré la lengua si no platico de esto, por favor, usted fue mi guía, no me deje caer

Gelida alzó las cejas, se inclinó hacia el suelo para agarrar una rama, pero al atravesarla, hizo una mueca de disgusto y se sentó en el suelo. Con su dedo, lentamente escribió.

"Sabía"

—¿Sabía? —Darien abrió los ojos de par en par. —¿Usted sabía que yo todavía podía hablar?

"Te escu...ché. Una..."

—¿Cúando? ¿Ahora que Willi... digo, el maestro Wilder ha vuelto?

"No..."

Su dedo se deslizó lento y armonioso, era difícil completar las palabras cuando no podía verlas. Pero hizo su mejor.

"Muerto"

—¿Mu...erto?

"Él, tú... canto"

Darien contrajo los músculos, pero su mirada se mostró flexible.

—Maestro Gelida

"¿Extrañar?"

Guardó silencio y Gelida continuó.

"Igual yo"

Darien suspiró, tallándose el rostro.

—Maestro, ¿qué voy a hacer? el maestro Wilder seguro ya no querrá verme, seguro que apenas me mire me escupe en la cara por lo repulsivo que soy. Quiero decir, ¿cómo pude perder la cabeza estando ebrio? ¿Decirle que nunca me vio? ¿Acaso puedo compararme con las doncellas bellas con las que estuvo? Yo no soy tan bonito —Gelida ladeó la cabeza y Darien negó sonrojado. —no, no, no malentienda maestro Gelida, hablo como un alumno... celos de alumno, ya sabe

Gelida acarició su mentón, parecía tener sentido puesto que con William siempre fue muy celoso. Especialmente con él, ya que no quería que le enseñara a nadie más. Pero William era igual, así que no era raro que aprendiera esos modales celosos de un superior. William se aferraba a Gelida como un niño caprichoso que siempre quería su atención. Y tenía suerte, era hijo único.

"Aa" dijo Gelida

—Maestro, usted sabe que siempre he seguido al maestro Wilder, pero ahora me tiemblan las piernas y quiero escapar de él, yo sé que para usted esto no tiene sentido, ¡Ah! Ni siquiera para mí, pero después de decirle sus verdades me sentí tan libre, ¡Cómo si pudiera gritarle! Usted sabe, William me hizo tantas cagadas y por fin le dije cómo me sentía —sonrió, pero su sonrisa se difuminó al pensar en lo patético que se vio al llorar junto a la cama y William mirándolo con desdén, como si fuera una prostituta que podía desechar. O eso interpretó. —ah..., ¿por qué me duele pensar que estoy siendo usado? El desgraciado goza jugar con mi corazón, lo aplasta y luego pone cara de inocente, maestro Gelida, tengo el corazón hecho una mierda y lo único que quiero es-

"l...pa"

Darien lo observó, Gelida escribió de nuevo en el suelo.

"Tú... c...ul...pa"

Sonata espectral de un alma solitaria. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora