Capítulo 36 - De alumno a maestro

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La pluma se deslizaba elegantemente sobre el papel, no era de extrañarse para alguien con caligrafía perfecta. Los chicos frente a William lo observaron en silencio, parecía muy concentrado en sus hojas desde que abordaron el tren.

—¿Escribes un diario? —dijo Lysandro en un tono burlón. —¿Qué? ¿Esta nueva vida ya te conmovió? Me muero de ganas por leer "Querido diario, hoy di un paseo entre las flores, eran tan dulces pero no tanto como yo, besitos"

—¿Te mueres de ganas? Me sorprende, mi escritura es incluso capaz de matarte por segunda vez —replicó sin observarlo, pero esbozó una media sonrisa. —Mis dotes superan con creces mi mejor habilidad que es el violín, todo mi ser es muy perfecto

Lysandro soltó carcajadas, apoyando su mano en el hombro de Darien, sin embargo dicho lo movió e hizo una mueca de disgusto.

—Siempre tan modesto, Rose Mary alguna vez me dijo que según tu caligrafía es fácil percibir tú personalidad

—¿Ah sí? ¿Qué puedes decir de la mía?

—Veamos... cuerpo central de dos punto cinco y tres punto cinco que indican equilibrio entre la extroversión y la introversión, una presión fina que va acorde a tu inseguridad, inconstancia, carácter influenciable y delicadeza. Una inclinación de noventa grados de acuerdo a tu amabilidad diplomática, una cohesión desligada que muestra tu aislamiento, desconfianza y distancia con los otros, escritura pausada por la atención y calidad en el trabajo. La forma ágil y suelta que demuestra belleza, buen gusto y armonía. En el pasado solías escribir en un orden muy descendente, especialmente en tus últimos días por tu depresión, fatalismo, cansancio y estado enfermizo... ahora, por desgracia escribes en un orden más horizontal, con más armonía y serenidad

—¿Realmente eso dice mi caligrafía? ¿O lo dices tú porque me conoces? Me suenas más a un charlatán

—Cincuenta, cincuenta ¿Qué más da? No he fallado

—Hmm, podrías invertir tus investigaciones en algo más productivo que solo predecir la personalidad de alguien por medio de unas letras... es más, podrías ser más productivo si me traes algo de beber

—Cuando dije que te serviría no me refería a que andaría tras de ti como un perrito, para eso ya está Darien ¿no es así?

Darien rodó los ojos como canicas.

—A todo esto, ¿Qué tanto escribes? No has dejado ese papel desde que salimos, de hecho, me sorprende que no mires el paisaje tan bobamente como acostumbras

—Cosas

Lysandro rio.

—Solo porque tienes ese cuerpo y esa cara, pero podría jurar que veo en ti al William del pasado, siempre con la cara metida en la libreta mientras escribías tus sonatas. No apreciabas mucho la vida a tu alrededor, ¿cierto?

William respondió con una sonrisa irónica.

—Apreciaría ese comentario si no viniera de ti, pero de igual manera agradecería que te mantuvieras callado en lo que sigue del camino, tengo que concentrarme y tu voz no ayuda mucho

—Imposible, si me pides algo haré lo contrario. Pero si deseas silencio, pídeselo al mudo

William suspiró.

—Te aferras a denigrarlo, te puedo jurar que podría escucharlo hablar todo el día y no me cansaría, ni supondría una molestia en mi trabajo

—¿Qué insinúas? ¿Qué tenía mejor voz que yo?

—¿Realmente estás preguntando? No insinuó, insisto

—¡Qué majaderías dices! Su voz era como la de un niño, como un castrati, solo que a él no le cortaron los testículos, además, mira sus labios, ¿De verdad crees que saldrían palabras hermosas de ahí? apenas podría distinguirse entre la multitud, pero irónicamente logró que los demás lo miraran al cantar, eso era lo único bueno de su voz

Sonata espectral de un alma solitaria. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora