Capítulo 55 - No me falle

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Al alejarse lo suficiente del tren, Lysandro sacó su sombrilla oscura, la extendió y creó un portal. Para William no era extraño ser el primero en pasar después de que "caballerosamente" Lysandro le permitiera el paso, sin embargo, tanto para Terry como para Darien, seguía siendo tenebroso y cuestionable. Cuando pasó William, Lysandro le siguió y sacudió su saco por detrás. Terry y Darien le miraron con las cejas fruncidas, evidentemente Lysandro los había mirado con desdén. Al llegar al otro extremo, después de tanta contusión en el portal, William sintió un ligero cosquilleo en el interior de su pecho. Los demás cayeron al suelo de golpe, lastimándose la cara.

—¡Lo hiciste a propósito! —exclamó Terry

Lysandro sonrió.

—Ah, ¿Qué no eras como un gato? De los que siempre caen de pie, no me culpes, tu torpeza no es asunto mío. —acomodó sus mangas con elegancia, después chasqueó los dedos y la sombrilla se esfumó. —Muy bien, este es un buen lugar

Darien y Terry miraron alrededor, todo estaba completamente oscuro, los árboles altos cubrían gran parte del cielo y difícilmente traspasaban rayos de luz. Al ser de noche, era más difícil percibir qué clase de sitio era. Podían escucharse cantos de búhos, armoniosos y profundos. Terry se escondió por detrás de Darien, un tanto temeroso. William por su parte, se inclinó hasta el suelo y deslizó su dedo índice sobre la tierra. Frotó sus dedos, sintiendo la textura de la misma.

Tierra suave, un tanto húmeda y clara.

Algunas piedras, trozos de ramas sueltas.

Y purificada.

—Tierra santa —masculló, mirando hacia Lysandro. —es un cementerio 

Los ojos de Darien y Terry se abrieron de par en par. Lysandro esbozó una sonrisa.

—Cementerio Highgate, de hecho. Quince hectáreas, zona boscosa y con numerosos mausoleos y tumbas

—¿¡Y-Y P-Por qué nos trajiste aquí!? —exclamó Terry. —¿¡Acaso quieres matarnos!?

—Si eso quisiera, desde hace mucho estarían muertos —respondió sarcástico

—¿¡Qué tienes en la cabeza!? ¡Nos persiguen fantasmas y nos traes a un cementerio! ¿Acaso querías transportarnos aquí para que fuera más fácil nuestro entierro? ¡Qué desalmado!

Lysandro rodó los ojos.

—Por favor, ¿me crees ese tipo de persona? Para empezar, ¿crees que realmente los enterraría? ¡Ja, ja, ja!

Terry hizo un mohín. Darien quedó más consternado, estar ahí no tenía sentido, ¿cómo habría de hacer más difícil para el otro violinista alcanzarlos? Sus espectros agonizantes tenían muy buen sentido de ubicación, podían rastrearlos enseguida y matarlos ahí mismo. Sin embargo, para sorpresa de él, William no se veía asustado ni nervioso, de hecho, estaba más tranquilo.

Muy, muy tranquilo.

E incluso sonriente.

—Qué listo —dijo William. —es la mejor idea que has tenido

Lysandro se encogió de hombros, con una sonrisa de orgullo.

—¿¡Cómo que mejor idea!? ¡Esto es un cementerio! ¡Aquí puede haber muchos fantasmas!

—Niño, en tierra santa los espectros no pueden perturbar a los que ya descansan en paz. Y menos pisar la tierra, si lo hacen se desvanecen. Por eso siempre terminan huyendo, y los espectros que surgen de los cementerios por lo general son nómadas. Andan y vienen, pero no dicen nada. Aunque cuando lo hacen, es porque es importante.

Sonata espectral de un alma solitaria. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora