Capítulo 13 - Este maestro... quizá ya no tenga que defenderse solo

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Durante el trayecto ambos permanecieron dormidos, se había hecho tarde, sin embargo fue un golpe que azotó el tren lo que los hizo despertarse de golpe. Además de gritos y llantos de contusión.

William y Darien se levantaron rápidamente, aturdidos por la situación.

—¿Qué ocurre? —dijo William

—No lo sé, los gritos provienen de los vagones del frente

William se asomó por las ventanas, pero no logró ver nada. De manera inmediata tomó su violín y ambos corrieron hasta el frente. Darien se había cubierto de nuevo el rostro.

—¿Qué sucede? —William sostuvo entre sus brazos a una mujer de edad avanzada la cual yacía aterrorizada y llorando

—¡Es terrible! ¡Es terrible!

—¿¡Qué cosa!?

—¡Era una sombra! ¡Una sombra espantosa!

—¿Sombra? ¿De qué-

Y de nuevo el tren se tambaleó, se escuchaban susurros agonizantes sobre el techo. También pasos, como si garras y pies se arrastraran con ferocidad. Todos los pasajeros se hundieron en sus asientos. Cuando William miró de nuevo por la ventana, sus pupilas se dilataron. Era un espectro susurrante con forma de búho y eso significaba una cosa, era un informante. No solo desataría sus tormentos sobre las personas o destrozaría todo a su paso, sino que también había sido enviado por alguien.

William retrocedió, ¿¡Quién podría haberlo enviado!? ¿¡Y para qué!?

—Mierda, ¡Escuchen todos! ¡Corran hasta el último vagón! ¡O a los de en medio!

—¿¡Y si ataca esas zonas!?

—¡No lo hará!

—¡Pero-

—¡Confíen en mí! ¡Tenemos que-

Y se escucharon gritos abismales en el frente, hubo un chirrido en las vías que hizo que todos se encogieran del miedo.

¡Las criaturas habían destrozado el puente donde debía cruzar el tren!

El conductor hizo lo que pudo para detenerlo, pero iba tan rápido que resultaría imposible. Chispas de fuego salían desde la parte inferior del tren, se oía cómo el metal crujía con fuerza. Aquellos búhos gigantes se deslizaban de un lado a otro.

—Mierda, mierda...

—¿Por qué han venido? —decía Darien, nervioso. —¿Acaso... sabrán-

—¡No hay tiempo para eso! ¡Rápido! Tenemos que movilizar a las personas, ¡Llévalas hacia atrás! Me encargaré de estas bestias

—Pero William-

—¡Silencio! ¡Haz caso a lo que digo ya!

Darien apretó los puños, iba a discutir pero no había tiempo para eso, por lo que hizo caso y llevó a las personas hasta la parte trasera del tren, incluido el conductor quien se movilizó para llamar al control. Informando que estaba ocurriendo una tragedia.

Darien no tuvo que decir nada, el instinto de las personas por sobrevivir se activó tan rápido que para cuando él iba a abrir la boca, ellos ya se habían ido. Como pudo, William se las ingenió para abrir la compuerta de la parte superior del tren, sujetando el violín en mano. En cuanto aquellas criaturas miraron hacia él, emitieron el canto característico de un búho. Causando ecos que hacían caer piedras en la lejanía. William posó el violín a duras penas sobre su hombro, aferrándose con fuerza para no caer, pero se tambaleaba.

"Wilder... Wilder..." musitaban aquellos espectros. "William... maestro..."

—Mierda... —dijo al tensar la mandíbula.

Sonata espectral de un alma solitaria. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora