Darien contuvo la respiración en cuanto lo que más temía se hizo realidad, los espectros fueron capaces de seguirle el rastro y lo acorralaron contra el tronco del árbol. Fue capaz de escapar nuevamente de las cuchillas que bajaron con prisa, rodó por la pequeña colina y se paró de golpe. El hormigueo en su pierna le impedía correr sin tropezar, si continuaba a ese ritmo probablemente llegaría a la cabaña.
"No te rindas, no te rindas" se decía a sí mismo mientras sostenía su pantorrilla "queda poco, solo aguanta".
Pero los espectros no perdonaban y se escurrieron entre los pastizales para llegar hasta él, podían verse como un par de víboras al acecho, preparados para morder y envenenar al pobre castaño herido. Una raíz de árbol escondida hizo tropezar a Darien. Le resultaba increíble que no solo su muerte resultaría trágica sino que lo último que escucharía sería ese instrumento musical que tantas pesadillas le había causado. Gateó rápidamente, sosteniéndose sobre sus codos. La enorme sombra de uno de los espectros lo sorprendió por la espalda, Darien solo podía contemplar desde el suelo cómo lentamente se extendía, vio la cuchilla por encima de los hombros de aquel ser y pensó que todo había terminado. Su respiración se volvió espesa, un declive entre la desesperación y la calma. No podía esperar menos de danza, siempre encontrando la manera de controlar a los que la escucharan, inspiró profundo cuando la cuchilla descendió y cerró los ojos.
Pero el chirrido de un violín cercano le hizo abrirlos y mirar. William se acercó elegantemente hasta él, con la frente bien en alto y los hombros rectos. Darien no pudo evitar sorprenderse por el color de las cuerdas, la sangre seguía deslizándose en el arco. Ambos espectros lo miraron aturdido, si él también entonaba danza ¿debían seguirle? Aunque la mayor sorpresa se la llevó William al mirar detenidamente las facciones de los dos espectros, sus pupilas se encogieron.
—¿Caballeros del emperador?
La melodía de Catarsis se intensificó y eso ocasionó que ambas entes salieran del trance, atacaron con ferocidad a William y dicho retrocedió sin bajar el sonido de sus notas, se escuchaba una orquesta abismal en el prado, como ecos resonando en grandes abismos. William tenía sudor frío sobre la frente, ¡Ellos eran las piezas que habían hurtado del hogar de Gelida! Los dos hombres que defendían con furia al emperador tirando su carroza por dragones, ¿cómo era posible? Transformó piezas simples de marfil en espectros y los hacía luchar por medio de una sonata. A un lado de ambos William era solo un ser insignificante y pequeño, su violín caucásico era útil pero no lo suficiente para luchar contra Catarsis, menos a merced de un violinista inteligente.
—¿No te lo dije William? —dijo Lysandro con burla, cerca de donde se encontraba Darien, sostenía su paraguas oscuro entre sus manos y apoyaba el ápice de dicho sobre el suelo. —Catarsis fue para ti en el pasado, ya no más... ahora con las mismas notas celosas con la que le enseñaste a obedecerte, con esas mismas notas te destruye
Darien contempló la mirada aguda de Lysandro, su fleco impedía mostrar el otro ojo, pero no era difícil determinar el tipo de expresión en él. Soberbio, audaz y venenoso.
—Es la historia más deplorable de amor que he presenciado, del otro lado debe haber alguien más extraordinario que tú como para que Catarsis se entregue, del otro lado quizá Paganini te observa con una mirada de soslayo, quizá, el violinista del diablo supera con creces al que yace frente a mí. Eres decepcionante
—¡SILENCIO! —exclamó William, tocando con más rapidez
Kokia surgió por detrás con un aleteo inmenso que los hizo retroceder, exclamó un enorme "hoo, hoo" proclamando justicia para su amo.
—¿Kokia? ¿Es al único ente que puedes llamar ahora? tan lamentable, quizá realmente me equivoqué en seguir a un violinista tan mediocre como tú, mira a tu oponente ¡Capaz de transformar piezas sin vida en espectros! ¡Eres tan poca cosa! ¡Demasiado lamentable!
ESTÁS LEYENDO
Sonata espectral de un alma solitaria. [EDITANDO]
Novela JuvenilEn el pasado, William Wilder era el violinista más temido de toda Inglaterra. Amado y odiado por su don tan sublime sobre las cuerdas de su oscuro violín, pues no solo causaba contusión entre los vivos, sino también entre los muertos. Tras su fallec...