Capítulo 49 - A tu salud

145 15 3
                                    

Recordar esas cosas ahora resultaban triviales. El camino que escogió William probablemente nunca fue moral, pero ¿quién era uno para juzgar las decisiones de alguien más? especialmente cuando evidenciaban que lo dirigían a su condena. En el momento en el que Lysandro llegó a la vida de los tres, las cosas cambiaron por completo. William lo reconoció como un viejo amigo por lo que Gelida no cuestionó más sobre el tipo de relación que ambos tenían, Darien aún estaba consternado pues su mentor jamás le había hablado de él. Aquella noche, lo más perceptible además de discusiones y un ambiente tenso, eran las manchas oscuras en la parte baja del violín. Se había teñido de un color grisáceo días atrás, pero con el incidente de sus padres aquellas manchas se habían vuelto más perceptibles y recorrieron gran parte de la barbada.

Darien iba a preguntar, pero Lysandro lo hizo de lado y tomó sin vacilaciones el lado derecho de William. Se alejaron de la multitud e intercambiaron palabras, Gelida les siguió el paso junto con Darien.

—¿Alguna vez te habló de él? —dijo Gelida

Darien negó.

—Mi maestro no suele hablarme de sus relaciones externas

—Bélgica..., fue hace un par de meses ¿no es así? Desde que visitó a Norman y adquirió ese violín... —pausó indefinidamente y continuó. —Darien, ¿Alguna vez te ha dicho en dónde lo consiguió?

—Siempre ha dicho que es un coleccionista, no responde mucho a esas preguntas, ¿no ya le había preguntado antes?

Gelida asintió un tanto confuso.

—Siempre suele decirme los modelos, los precios y el material del que fueron construidos... pero este en particular parece querer resguardarlo mucho

—Maestro Gelida...

—Dime

—¿Usted... ha notado algo en ese violín?

—¿El qué?

Darien hizo una mueca y optó por no decir nada. Quería mencionar el color y como su atractivo llamaba tanto la atención de su maestro, pero creyó que solo estaba imaginando cosas.

—Maestro Gelida, ¿hice bien mi presentación?

—¿Bien? ¡Pero si fue excelente! ¿No viste cómo todos se levantaron para aplaudirte?

Darien se detuvo en seco y frunció el ceño.

—No todos

Gelida lo miró mientras desaceleraba el paso y se detuvo frente a él.

—Sé que lo hacías por él... es evidente

—Ni siquiera estuvo ahí, nunca me miró

—Lo sé... lo sé pero-

—¿Por qué siempre es así conmigo? me esforcé para enorgullecerlo pero ni siquiera me miró, ¿qué hice mal?

Gelida hizo una mueca, evidentemente enfadado con William.

—No volverá a ocurrir

—No, porque seguro que jamás vendrá

—Darien...

—¡No quiero verlo! ¡Es un mal maestro!

Darien salió huyendo y tras él Gelida. Gritó su nombre continuas veces hasta que finalmente lo alcanzó en la entrada del teatro. Los ojos de Darien se tornaron brillantes y el borde de los mismos se humedecieron. Gelida se inclinó a su altura y suspiró.

—Hoy ha sido una noche tremenda, ¿no es así?

Darien lo evadió y apretó los puños.

—Pequeño, mírame... por favor

Sonata espectral de un alma solitaria. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora