Annette es una joven que ha sufrido mucho, no solo había perdido a sus padres y su hermana pequeña en un accidente de coche sino que además debía empezar de nuevo en un lugar desconocido para ella. Forks.
Tendría que irse a vivir con su tía Charlot...
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A mediados de Septiembre, Anne había recibido un mensaje de Alice sobre aquel trabajo de Historia. Quedarían en su casa, (porque quedar en la biblioteca suponía que muchos alumnos los verían juntos y no querían llamar la atención más de lo que ya lo habían hecho) así que a primeros de Octubre, Alice quedó con Anne para recogerla y llevarla a su casa.
Anne salió de casa emocionada y se quedó totalmente sorprendida con el coche que tenía. Parece que toda la familia Cullen tenía coches realmente impresionantes.
Alice condujo rápido, Anne no dijo nada pero se agarró a todo lo que pudo incapaz de cerrar los ojos. En cuanto vio la casa se maravilló, no solo era enorme sino que era preciosa. Aunque no veía muy util que hubiese tantas ventanas enormes. Se podía ver todo. ¿Donde quedaba la intimidad? Aunque claro, en el interior de bosque como mucho te podían ver los pájaros.
Quien la recibió primero fue Esme. Para Anne aquella mujer era adorable, y muy agradable. Intento ocultar su sorpresa cuando vio a la misma mujer que había soñado. No estaba exactamente igual pero era ella claramente. Se sentía un poco confusa por ello, pero intentó disimularlo. A lo mejor la había visto por la calle y su mente había creado aquel sueño. Sí, seguro fue eso. ¿Qué otra cosa sería?
-Bienvenida a mi hogar, Anne. -dijo Esme con una sonrisa.
-Tiene una casa preciosa, señora.
-Oh, llámame Esme querida. Siéntete como en tu casa. Hice algunos tentempiés.
-No tenía porqué molestarse, pero muchas gracias.
Alice guió a Anne hasta una sala de estar, donde estaba Jasper un poco tenso. En la mesa había libros de Historia, y un plato con varios sándwiches, así como una jarra con zumo. Anne sonrió y Jasper relajó un poco la postura tan recta que había adquirido.
Él estaba nervioso, y no era para menos. Era la primera vez que una humana pisaba aquella casa sin tener idea que se metía en la boca del lobo.
¿Y si él perdía el control? Aquella idea lo asustaba y no por los efectos negativos que aquello podía tener para su familia sino por ella. Había matado demasiadas personas, no quería una más en la lista.
-Bueno os dejo trabajar. Un placer conocerte por fin, Anne.
-Igualmente Esme -dijo Anne, cuando Esme se fue miró a Alice - Tu madre es muy agradable. Pero vamos, manos a la obra. Este trabajo no se hace solo.
Los tres se sentaron alrededor de la mesa para hacer el trabajo. Miraban en libros, compartían ideas y Alice escribía. Anne se dio cuenta de varias cosas aquella tarde. Jasper sabía mucho de Historia algo que la maravillaba. La memoria de Anne era casi como la de un pez.
Ningún de los dos probó bocado, ni bebió nada a pesar de que Anne, ofreció. Tan solo Jasper contestó con un: "No tengo hambre" y una sonrisa, como si hubiera una broma detrás que Anne no entendía. Y por último, Alice se parecía mucho a la chica de sus sueños, casi podía asegurar que era ella, aunque se veía diferente.
