Annette es una joven que ha sufrido mucho, no solo había perdido a sus padres y su hermana pequeña en un accidente de coche sino que además debía empezar de nuevo en un lugar desconocido para ella. Forks.
Tendría que irse a vivir con su tía Charlot...
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Por suerte el día que iban a Port Angeles, caía en sábado. Anne había sido la primera en despertar, como siempre, así que aprovechó para hacerse un café y dibujar. Su habitación parecía más un estudio que un lugar donde dormir. El caballete estaba al lado de la ventana para aprovechar al máximo la luz natural que entraba, aunque en Forks no hubiese mucha luz natural. Su habitación olía a pinturas aunque ella ya estaba acostumbrada.
Desde hace meses había descubierto que cuando tenía una pesadilla horrible, dibujar la calmaba. Plasmaba en aquel lienzo su miedo y así se sentía mejor. Anne sabía que a veces sus miedos eran irracionales. Por ejemplo, aquella noche su pesadilla había sido extraña. La había sentido tan real que pensó que lo estaba viviendo en sus propias carnes.
Había soñado con una figura humana cuyo rostro no podía ver, una forma humana que la observaba en la oscuridad de su habitación sin decir nada, sin emitir sonido alguno. Solo podía distinguir en la oscuridad sus ojos, eran unos ojos dorados, amarillos que para Anne se le hizo anti naturales, como los de un depredador. Cuando abría los ojos, ahí estaba, en su cama y no había nada raro en su cuarto.
Aquel no era su peor sueño, se despertó nerviosa mirando a su alrededor pero no había nada. Su ventana estaba cerrada y se había quedado dormida mientras leía con la luz de la mesita de noche encendida. Anne sintió su corazón acelerado, pero intentó calmarse. Solo era un sueño.
En ese momento decidió agarrar un lienzo y dibujar. Anne se sentía tan cautivada por aquellos ojos, que aquello fue lo único que dibujo. Un fondo oscuro como en su sueño, pero donde podía distinguirse un rostro de manera sutil, para después centrarse en sus ojos. Y es que nadie se fijaba en lo que ella observaba. Aquellos ojos eran de un color entre amarillo y dorado, pero si veías el contorno de aquellos ojos notabas tonos anaranjados...
Cuando Anne terminó lo que para ella era su obra de arte (aunque quizá otra persona solo viene unos simples ojos) fue a darse una ducha, ya había amanecido así que no le importaba si hacía algo de ruido.
Termino de ducharse y fue a vestirse para después bajar a la sala de estar. Se quedó sentada viendo la televisión, esperando que Angela o Jessica avisaran.
Evelyn por su parte se despertó por el sonido del despertador, había olvidado quitarlo. Gruñó, y se revolvió en la cama hasta despertar. Bajó a la cocina en pijama y no se sorprendió de ver a su hermana ya despierta. No dijo nada, al menos hasta que se tomó su café.
Cuando Angela avisó que Jessica pasaría con el coche a recogerlas, ambas hermanas llevaban tiempo esperando. Anne escribió una nota para Charlotte la cual seguía durmiendo.
En cuanto llegó el coche de Jessica, ambas hermanas se subieron.
-Hola chicas -dijo Anne.- ¿Listas para arrasar las tiendas de Port Angeles?
